Este Búho abre sus ojazos y mira con atención la multitudinaria marcha de los ciudadanos de , Ancón, Santa Rosa, Carabayllo y demás distritos del Cono Norte, y pienso que no serán treinta días de suspensión ni treinta años de cobro injusto el destino que espera a esas casetas del peaje de Puente Piedra. Creo que su destino final será su total desaparición, por haberse originado, como ya todos sabemos, en los sucios métodos de la empresa brasileña Odebrecht. Y todavía, a pesar de haber sido desenmascarados sus directivos, la Municipalidad de Lima los ‘premió’ adjudicándoles el cobro de un abusivo peaje de cinco soles para ingresar a Puente Piedra, cuando ya se pagó otro peaje. 

Como los vecinos de Puente Piedra reclaman: ‘¡¡Diez soles es un abuso!!’. Y no solo los pagarán los automovilistas particulares. Los servicios de transporte público se los cobrarán a los usuarios subiendo el precio de los pasajes. Por eso, estas protestas son completamente justificadas. Claro, nada sustenta la violencia, pero no vengan a tapar el sol con un dedo. Aquí lo fundamental es que se suspenda el cobro del peaje, así como sucedió con el vergonzoso ‘peaje’ de Alex Kouri en la avenida Faucett, que por unas cuadritas hicieron un millonario negocio, hasta que la gente se hartó y destruyeron las casetas de la corrupción. Fue una burla para los ciudadanos volver a colocar las casetas de cobro en Puente Piedra, como si nada hubiera pasado.

El alcalde Luis Castañeda Lossio primero se hizo el ‘mudo’. ‘Conmigo no es la cosa’, pareció decir para sacar cuerpo. Cuando todos lo señalaron, porque la Municipalidad Metropolitana es la llamada a tomar cartas en el asunto, le tiró la pelota a Susana Villarán, quien tiene gran responsabilidad en lo que está pasando en Puente Piedra. En realidad, la empresa brasileña no ha hecho distingo ideológico a la hora de sobornar y aceitar a funcionarios para acaparar obras. Ya se están investigando todos esos contratos y la forma cómo se consiguieron. 

Allí sabremos quiénes recibieron las millonarias coimas que entregaba la empresa en ‘agradecimento’. Por lo tanto, no se le debe nada a una empresa corrupta. Los pobladores del Cono Norte ya tienen bastante que soportar por décadas con la vía de comunicación más caótica del país. Desde Plaza Norte a Puente Piedra, el tráfico vehicular es traumático, tenso. Sus días al salir a estudiar o trabajar son verdaderos calvarios. Al menos los de la Zona Sur tienen más alternativas, como el tren eléctrico y el Metropolitano. Los del norte, solo el Metropolitano hasta Naranjal. 

¿Y los de Carabayllo, Puente Piedra, Santa Rosa y Ancón? Son ciudadanos que viven al borde del estrés y han soportado por años esta injusta realidad. Que pretendan cobrarles un peaje absurdo por medio de una empresa, sin brindarles servicio alguno -porque no han construido vías alternas-, enerva a cualquiera. Fue la gota que derramó el vaso. Esta situación obliga al Gobierno a tomar una posición. Por un lado PPK dice: ‘Odebrecht se tiene que ir’, pero por el otro se contradice: ‘No todas la obras que hizo Odebrecht en el Perú son corruptas’. 

Castañeda Lossio debe asumir su responsabilidad, sino su futuro político quedará chamuscado, como las casetas del peaje. Que Susana Villarán tampoco quiera ‘pasar piola’ y debería allanarse a una investigación, porque el contrato se firmó bajo su gestión. Este asunto debe acabar cuanto antes, porque sectores retrógrados y radicales se darán la mano para desestabilizar y crear el caos y torpedear la gobernabilidad. Pero el primer paso es anular para siempre este peaje de la vergüenza en Puente Piedra. Apago el televisor.

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