Este asiste emocionado al inicio de un nuevo esta vez en una tierra lejana, de costumbres extrañas y de mujeres tan bellas que parecen muñecas. Donde el presidente es el rudo Vladimir Putin, un antiguo agente de la temida KGB, el servicio secreto. La Federación Rusa, el país más extenso del mundo y cuyo territorio casi es el doble de Estados Unidos, proviene del comunismo y fue la nación dominante de la desaparecida Unión Soviética, una v protagonista de la Guerra Fría.

Allá, por ejemplo, está prohibida la ‘apología al homosexualismo’ y los asesinos de policías, fiscales y jueces son castigados con pena de muerte. Pero bueno, jóvenes lectores que nunca vieron a nuestra selección en una Copa del Mundo me piden que les comente sobre los eventos donde participó la Rojiblanca.

Tengo que ingresar al túnel del tiempo. Lo primero que debo decir es que tengo buena memoria. Pese a que estaba muy niño, recuerdo la vez que Perú clasificó en ‘La Bombonera’ de Buenos Aires (1969). Seguramente fue porque días antes pasaron la primera transmisión vía satélite, en vivo. Fue ¡¡la llegada del hombre a la Luna!! Todos en el colegio estuvimos a la expectativa cuando Neil Armstrong caminaba por el suelo lunar. Gracias a eso, llegó la segunda transmisión, en vivo y vía satélite, desde Buenos Aires con el 2 a 2 del Argentina-Perú, de ‘Cachito’ Ramírez. Recuerdo que Augusto Ferrando, con lágrimas en los ojos, gritaba: “¡¡No nos ganan, por mi madre que no nos ganan!!”.

Para las Eliminatorias a Argentina 1978 nos tocó enfrentar a Chile y Ecuador. Chile era el rival y tenía un equipazo, con una defensa de lujo compuesta por Alberto Quintano y Elías Figueroa, quien jugaba en el Porto Alegre de Brasil. Los partidos los veíamos en blanco y negro en tremendos televisores ‘Andrea’ y el relator estrella en ese tiempo era el gran Humberto Martínez Morosini, quien hablaba de ‘la Blanquirroja’ cuando se refería a la selección. Cuando Perú anotaba un gol, lanzaba un grito casi agónico, emotivo al máximo, pero si quien convertía un gol era la selección rival, Martínez Morosini no gritaba el tanto, lo hablaba bajito, pausado, casi inaudible.

Tuve la suerte de estar en el estadio Nacional de Lima, cuando Perú le ganó 2 a 0 a Chile en marzo de 1977, con goles del ‘Cholo’ Sotil y Juan Carlos Oblitas. Vibré en la tribuna norte y nos quedamos para los festejos. El presidente de facto, Francisco Morales Bermúdez, ebrio de patriotismo y whisky, bajó del palco a la cancha y se abrazó con el capitán Julio Meléndez, quien emocionado se sacó la camiseta recontrasudada y se la entregó, pensando que el milico se la iba a guardar, pero Morales, que estaba entre Pisco y Nasca, se la puso encima de su guayabera. Por los parlantes se escuchaba el ‘Contigo Perú’ de Augusto Polo Campos, en la voz del ‘Zambo’ Cavero y la guitarra de Óscar Avilés. A pesar de que faltaba una ‘liguilla’ en Cali, entre Perú, Brasil y Bolivia, para saber quiénes serían los dos representantes de Sudamérica en el Mundial de Argentina, todos celebraron esa noche como si hubiéramos clasificado directamente a la justa mundialista. Y no se equivocaron. Perdimos con Brasil 1 a 0 y goleamos a Bolivia.

Para el Mundial España 82, como cantaba Charly García: ‘La televisión a color estaba en las vidrieras’. Veíamos las Eliminatorias en televisores Sony, Quintrix de Panasonic y Philips, y hasta el viejito técnico de Perú, Elba de Pádua Lima, ‘Tim’, salía en un comercial de ‘Ajinomoto’ con ‘el toque del sabor’, con jugadas de Barbadillo, Uribe y compañía. Los rivales eran Uruguay y Colombia. Los ‘charrúas’ habían campeonado en un ‘Mundialito’ en Montevideo un año antes y los ‘cafeteros’, de la mano de Carlos Salvador Bilardo, había elevado su juego. Perú, con Uribe, Oblitas, Cueto, Velásquez, Chumpitaz y Quiroga, ganó a Uruguay en el mítico ‘Centenario’ 2 a 1 y empató con Colombia en el ‘Campín’ con un golazo de cabeza de La Rosa. Después le dimos un paseo a los ‘colochos’ en Lima, imponiéndonos 2-0. Al final clasificamos al Mundial empatando sin goles con los ‘celestes’.

Recuerdo que en ese tiempo ya estaba en San Marcos y tomábamos ‘naranja mecánica’, ‘chilcano’ y el trepador ‘ronco’, una infernal mezcla de anisado, ron y Sprite. Así, movidazos vimos cómo se retiraba el ‘Gran Capitán’ Héctor Chumpitaz, llorando como un niño, en hombros, al compás del himno de aquella Eliminatoria, la inolvidable composición de José Escajadillo: “¡Perú, España 82!”. Este Búho espera que los muchachos de Gareca escriban una nueva historia mañana ante Dinamarca. ¡¡Arriba Perú!! Apago el televisor.

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