Este no sale de su asombro por la manera tan audaz con que una banda de delincuentes asaltó una agencia del Banco de Crédito en la avenida De la Rosa Toro, en San Luis. Y, un día después, los mismos facinerosos se metieron a una oficina de Interbank, en .

En ambos casos, estaban fuertemente armados, con los llamados -en el argot patibulario- ‘fierros largos’, que son fusiles de guerra. Curiosamente, se llevaron el botín sin disparar un solo tiro. Hace tiempo que los asaltos a bancos se habían detenido. Los últimos robos fueron sangrientos y muchos delincuentes cayeron abatidos por las balas de la policía que, en ese tiempo, tenía a su cargo la custodia de las entidades financieras.

Por un convenio con los bancos, que se encargaban de pagarles, los agentes que estaban de vacaciones podían vigilar sus agencias. Debido a ese acuerdo, nuestro país mostraba en Sudamérica una de las más bajas tasas de asaltos a entidades financieras. Pero fue en los 70 cuando estos asaltos eran la principal forma de la delincuencia para hacerse de plata. Eran los ‘saltimbanqui’. Así le puso el diario popular ‘Última Hora’ a los robabancos. No había, como ahora, temibles ‘marcas’ o ‘raqueteros’. Antaño pululaban bandas feroces de delincuentes que eran ranqueados y salían sus fotos en los diarios.

Una de ellas era la famosa ‘Banda de la metralleta’ de Surquillo, que integraba Guillermo Portugal, ‘La gringa’, cuya vida fue llevada al cine por Alberto ‘Chicho’ Durant, con actuación del gran Germán Gonzales y la guapa Elsa Oliveros.


En esos tiempos, me cuenta el implacable PIP, el barranquino Jorge Germán, se daban cinematográficos enfrentamientos a balazos entre policías y ladrones. Al punto que un juego muy popular en los barrios era el de la chapada ‘Policías y ladrones’. “Hoy, si tú ves, ya nadie juega. Es más, nadie quiere hacer de policía. Antes los PIP éramos el terror de los delincuentes. Conocíamos todos sus ‘huecos’, los infiltrábamos. Lloraban cuando yo los detenía y los hacía hablar. Alan García la malogró toda al desaparecer a la Policía de Investigaciones”, cuenta Jorge Germán. Pero los ‘faites’ como ‘Caman baby’, ‘Patita de cuy’, ‘El cholo Uscuvilca’, eran peligrosos al extremo. Bastó que asesinaran a un policía para que el gobierno decretara ‘que quien mataba a un uniformado sería fusilado en El Frontón’. Murieron varios y así, a finales de los 70, ya no había asaltos a bancos. Del Callao se formaron ‘Los elegantes’ con el ‘Loco Perochena’, ‘La gringa Valera’, quienes asaltaron la residencia del hermano de Juan Velasco Alvarado. Solo ‘Django’, con su pareja, la desaparecida ‘Chica dinamita’, Maritza Rodríguez, continuó robando bancos y lo hundieron en prisión. Hoy vuelven a hacer de las suyas bandas que la tienen fácil. Las agencias bancarias ya no están custodiadas por policías, solo por guachimanes de baja estatura y con revólveres que parecen de juguete.

Mientras los asaltantes ingresan con armas de guerra y granadas. “Yo no sé por qué los dueños de los bancos no contratan a compañías de seguridad que tengan a licenciados del Ejército en su personal. Pareciera que quieren que haya más asaltos, es increíble”.

El asunto es complicado. Pero la policía debe comenzar a chapar cuanto antes a esos miserables que están aterrorizando a la población. Capturarlos y encerrarlos en Challapalca. Espero que al gobierno de no le tiemble la mano. Apago el televisor.

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