Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un cebichito de cachema, un chaufa de mariscos con rocoto y salsa tártara y una jarrita de limonada frozen. “María, tú sabes que tengo un hijo pequeño de 8 años y, como todos los padres, quiero que respete a los demás y también que sea respetado. En su colegio, los profesores y padres de familia nos preocupamos para que no haya discriminación contra nadie. Debe desterrarse eso de burlarse o hacer a un lado a alguien porque es cholito, chinito, blanquito, negrito, gordito o flaquito. Tampoco porque sea chiquito o grande, mujer, hombre u homosexual.

Pero me preocupa la denuncia que han hecho el congresista Marco Miyashiro y otros parlamentarios, en cuanto al nuevo Currículo Nacional de la Educación Básica confeccionado por el Ministerio de Educación y que entraría en vigencia a partir del 1 de enero del próximo año en todos los colegios públicos y privados del país. Allí se incluyen cuentos infantiles como el ‘Caperucito rojo’, en lugar de la ‘Caperucita roja’, ‘Las vizcachas rosadas’ u ‘Oliver Button es una nena’ (en cuya ilustración sale un niño al que parece le han dibujado una vagina). Todo, dicen, desde un ‘enfoque de igualdad de géneros’. Creo que una cosa es promover valores como el respeto, la solidaridad o la tolerancia, algo en lo que estamos de acuerdo y, otra muy distinta, crear confusión entre los pequeños.

Los padres de familia se preguntan con razón: ¿Acaso buscan fomentar entre los niños varones que se vistan como mujeres, y que las niñas lo hagan como varones? ‘Perú 2017: se enseñará educación pro homosexual a tus hijos. Alerta padres de familia y docentes’, advierte Miyashiro quien, además, denuncia que el cuestionado documento educativo plantea, entre otros temas, “que no existe -dice Miyashiro- diferencia física de género”.

Efectivamente, en la página 16 del nuevo currículo, se señala: “Si bien aquello que consideramos ‘femenino’ o ‘masculino’ se basa en una diferencia biológica-sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones”. Maestros y padres de familia han alzado su voz de protesta. Muchas dudas y preocupaciones de los padres de familia son válidas, aunque defensores del matrimonio gay -con su acostumbrada violencia e intolerancia- salgan a criticarlas y a tildar de ‘ignorantes’,
‘cavernarios’ y ‘homofóbicos’ a quienes las hacen. El ministro debe salir a hablar de este tema que es parte del nuevo currículo que está a punto de entrar en vigencia. ¿Está de acuerdo, lo respalda? Es un tema muy delicado, urge una pronta respuesta del gobierno”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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