Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un estofado de res con pasas y zanahorias, acompañado de arroz blanco, rocotito molido y una chicha morada friecita. “María, la madrugada de ayer, la policía ingresó a una casa en Ventanilla donde se realizaba una ilegal ‘fiesta semáforo’, con decenas de y jóvenes. Al final, sesenta menores fueron llevados a la comisaría. 

Me pregunto, cómo es que los padres de esos adolescentes los dejan ausentarse de casa a tan altas horas de la noche. Obviamente, no hay control. ¿Esos padres sabían dónde estaban sus hijos y lo que hacían? Las ‘fiestas semáforo’ son peligrosas porque en ellas hay bastante alcohol y drogas. Una regla es que los asistentes deben llevar brazaletes de colores que indican hasta dónde están dispuestos a llegar. 

El rojo significa que tiene pareja o está acompañado, el amarillo que tiene dudas para iniciar una relación, y el verde que está dispuesto a todo. En estas juergas se realizan las llamadas ‘ruletas sexuales’, en las que los adolescentes tienen sin protección con desconocidos y a la vista de todos, incluso cuando bailan. Este horroroso comportamiento acerca a los muchachos al nivel de los animales. 

Pero hay otras fiestas igual de vergonzosas y peligrosas. Como las ‘Candy’, en las que también abundan el alcohol y las drogas. En estas reuniones, los participantes están obligados a tener sexo sin ninguna protección.

Asimismo, están las fiestas ‘arco Iris’, donde hasta chiquillos practican sexo con desconocidos. En estas orgías abundan el alcohol, las drogas y la promiscuidad sexual. Hay chicos y chicas que en una sola noche pueden llegar a tener sexo con varios desconocidos sin ninguna protección y a la vista de todos. No les importa que pueden contagiarse de Sida, hepatitis y otras enfermedades mortales. 

Incluso, muchas veces son grabados y luego esos videos son colgados en Internet, sin ninguna autorización, para promocionar esas fiestas clandestinas. Los padres de familia estamos en la obligación de ejercer control sobre nuestros hijos. Por ejemplo, debemos saber qué es lo que ven en Internet. Y para eso hay que aprender a navegar y aspectos básicos de computadoras y la web. 

Los adolescentes deben tener una navegación segura en Internet, sino, pueden acabar en sitios peligrosos de pornografía, de contenidos violentos y de odio, que alterarán su modo de pensar y de actuar. También hay que conocer los contactos que tienen en redes sociales. Hay que meterles en la cabeza que en sus listas solo deben figurar personas que conozcan personalmente. Sino, podrían estar en contacto con un violador, pensando que es un adolescente de doce años. Hay que hacer respetar los horarios en casa, conocer a sus amigos y acompañarlos siempre que se pueda. Se debe tener contacto con los padres de los amigos de los hijos para protegerlos mejor”. Gary tiene razón, Me voy, cuídense.

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