Maltés
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El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un poderoso caldo de gallina con presa grande, parte pierna, papita amarilla, huevo duro, limón y rocotito molido. Para calmar la sed, se pidió una jarrita de agua de carambola heladita. “María, llegué a la Redacción temprano y me encontré con el legendario periodista de Policiales, ‘El Sonámbulo’. Estaba con una ruma de libros y me dijo: ‘Gary, hoy vienen mis alumnos de Periodismo para su charla semanal y me han pedido que les exponga algunas de las mejores novelas policiales de todos los tiempos’.

De pronto, llegaron los estudiantes, encabezados por la ‘Chica guapita de lentes’ y el ‘Gordito preguntón’. El periodista agarró su caja de libros y caminó a la Sala de Conferencias para dictar una magistral charla.

1. ESTUDIO EN ESCARLATA (1887, Arthur Conan Doyle): Esta es la primera novela del mítico detective londinense Sherlock Holmes y su ayudante y compañero de aventuras, el doctor John Watson. En ese libro, el lector podrá saber cómo se conocieron y se hicieron inseparables. Un asesinato y una habitación llena de sangre, fue el motivo de la unión más prolífica del género policial, pero también en esta trama encontramos poligamia y venganza. Pionera.

2. EL HALCÓN MALTÉS (1930, Dashiell Hammett): En medio de la crisis económica de Estados Unidos, iniciada en 1929, surge la gran novela negra policial y uno de los notables escritores policiacos es Hammett, con su increíble detective Sam Spade. A diferencia del detective Philip Marlowe, creado por Raymond Chandler, Spade es inflexible, duro como la roca e irónico hasta el cinismo. En el cine lo interpretó el gran Humphrey Bogart, justamente en la adaptación de esta novela, que en el fondo también es una crítica social.

3. TATUAJE (1974, Manuel Vázquez Montalbán): No podía faltar un autor de habla castellana. El español creó a un detective inolvidable, que incluso tuvo su propia serie de televisión que se transmitió en el Perú. Pepe Carvalho, un investigador adicto al sexo, buen licor, pero, sobre todo, a la gastronomía. En esta novela Carvalho ya no es agente de la CIA, sino detective a tiempo completo.

Paseando por una playa, en Barcelona, se encuentra con un cadáver con el rostro completamente desfigurado. Solo un tatuaje notorio puede permitir saber quién es. Ese detalle le servirá a Carvalho para descubrir algo increíble e inesperado, tras comer, beber y amar todo el tiempo. Novela corta y furibunda. Al terminar la charla, los estudiantes estaban boquiabiertos, pero al toque volaron al jirón Quilca y al jirón Amazonas a buscar los libros”. Pucha, ese señor ‘El Sonámbulo’ es un maestro. Me voy, cuídense.

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