Pancholon y Chotillo se metieron unos picotazos.
Pancholon y Chotillo se metieron unos picotazos.

El Chato Matta llegó al restaurante por un espectacular arroz con mariscos con conchas, langostinos, pulpito y erizo, que le da un rico sabor. “María, la semana pasada te conté el encuentro entre el gran Pancholón y el doctor Chotillo en el sauna. Se mandaron algunos ‘picotazos’, pero hubo más, todo al ritmo de ‘La revancha’, de la orquesta Zaperoco del Callao...

‘Ya verás/ como tú,/ algún día llorando,/ me pedirás perdón/ y verás cómo yo,/ aunque te siga amando,/ te gritaré que no./ Sigue así burlándote de mí/ ella apagará este dolor/ con más dolor/ y cuando llegue el día/ al verte de rodillas/ me burlaré de ti./ Será la revancha/ de mi amor,/ así como tú me haces sufrir/ vas a sufrirrrr’.

PANCHOLÓN: Chotillo, ya me contaron que estás como loquito correteando a una ‘veneca’. Tú crees que el mundo se va a acabar mañana. En la calle se camina con cuidado y sin hacer daño a nadie. De ti no espero nada bueno, si eres capaz de partir hasta a tu hermano. Así manejes un Audi convertible, luzcas un Rolex, achote en el cuello, siempre vas a ser un patán. La vez pasada, una flaca te vio y susurró: ‘Nunca me acostaría con este tipo, que me cobre el doble la operación a la rodilla’.

CHOTILLO: Pancho, yo creo que la enfermedad y los 30 kilos que has bajado te han loqueado. Se te han venido los años encima, paga capricho y chequéate esa próstata. Te crees muy ganador y ahora no veo a ninguna de esas loquitas que te sangraban, que te puedan preparar una sopita de pollo. Estás tan de bajada que tu camioneta luce todo abollada y te corres de los inspectores porque no tienes ni Soat...

PANCHO: Doctorcito, yo soy como Roberto Carlos, tengo un millón de amigos, jalo por carisma y a ti todo el mundo te ‘maletea’ porque eres malo con tu boca. Para mí, no hay mucha diferencia entre ese abogado mañoso que pepea y las agarra borrachas a las mujeres. Ten cuidado que te vayan a largar y ahí me vas a llamar para que te defienda. Solo conquistas con plata y ofreciendo chamba en tu centro médico. Yo estoy viejo, ojeroso y desparramado, pero recibo cariñitos sinceros, las flacas contigo pujan, pasan la saliva y cierran los ojos. Es un secreto a voces que ni chapar sabes...

CHOTILLO: Emperador, qué feo llegar a tu edad y que no llegue ni un mensaje de ‘wasap’. La vez pasada se cayó tu billetera y chorrearon dos pastillitas azules, ya no se te paran ni las moscas.

PANCHOLÓN: Chotillo, sigue ‘tirando maicito’ en la calle a cualquiera y vas a terminar en un hostal como esos de San Martín de Porres. Entiende, eres sangre chinche para las mujeres, no te soportan, cuando te hacen el amor cierran los ojos y cuentan hasta diez para que acabe esa tortura...”. Asu, la conversación se puso caliente. Me voy, cuídense. 

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