Falsos colectiveros son un peligro para la población.
Falsos colectiveros son un peligro para la población.

El fotógrafo Gary llegó al restaurante por una rica papa a la huancaína con aceituna y huevo duro. También se pidió un espectacular arroz con pollo, presa grande, y una jarrita de emoliente.

“María, la inseguridad ciudadana está llegando a niveles espeluznantes. Ahora resulta que si sales a comer con tu pareja y quieres regresar a casa sin estar apretado en una combi, micro o el Metropolitano, no quieres gastar en un taxi y más bien tomas un ‘taxi colectivo’, puedes resultar torturado, asesinado y tirado en un arenal. Como lo escuchas,

María. El infortunado comunicador social Golberth Marín Tello junto a su novia Mayra Antivero salieron de una conocida pollería en el MegaPlaza y decidieron coger un colectivo vacío que justo pasaba a la salida del local. Se sentaron atrás y poco después subieron tres sujetos que a punta de pistola ordenaron a Golberth tirarse al piso, y a su novia, bajar la cabeza.

Cuando encontraron las tarjetas de crédito y de débito, los llevaron a una casa ubicada en un cerro de Comas. Allí los torturaron para que revelen las claves. La muchacha, aterrada, les proporcionó la información. Golberth dijo que no se acordaba, pero los asaltantes estaban dispuestos a todo.

A ella la subieron a una miniván y la soltaron en la parte alta de un cerro, en un asentamiento humano del mismo distrito. De él no se supo nada hasta las cuatro de la madrugada, cuando se encontró su cuerpo sin vida en el frontis de una precaria vivienda. Estaba atado de pies y manos y presentaba golpes en la cara y la cabeza. Presumiblemente fue estrangulado.

¿Qué hace el Ministerio del Interior al respecto? Al volante de los falsos colectivos, que son un puñado -porque la mayoría están agrupados por comités y son choferes que brindan un servicio rápido y seguro- están delincuentes prontuariados, miembros de bandas, requisitoriados, ladrones avezados y psicópatas.

Lo primero que debería hacer el ministro es ordenar a la Policía Nacional que realice operativos diarios, sobre todo en la noche. Verán que van a encontrar todo tipo de lacras en autos posiblemente robados o con placas clonadas. Con vehículos en el depósito y los hampones encarcelados, es casi seguro que abandonarán esa modalidad delictiva.

Esa fue una de las formas con las que el ‘sheriff’ Bratton combatió a los criminales en Nueva York. Tan contaminado está el ambiente de los taxis colectivos que se han formado mafias para cobrarles cupos empleando los siniestros stickers.

Francamente, se extraña a los ‘tigres’ de la Policía de Investigaciones del Perú, la PIP del teniente Gamboa, que fue eliminada por el inefable Alan García”. Pucha, mi amigo Gary tiene razón. Ya no da ganas de tomar ningún servicio de transporte público. Me voy, cuídense.

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