Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un cebichito de bonito, de fondo un chaufita de mariscos y, para la sed, una chicha morada fresquecita.

“María, viene circulando en redes sociales el porque una señorita del módulo de atención le pidió una hoja de referencia de otro hospital para poder darle una cita. ‘Me tienen podrido con eso de la hoja de referencia, me tienen podrido’, repetía a gritos, mientras personal de seguridad y otros pacientes trataban de calmarlo.

Se puso mal y temían que sufra un infarto. Creo que la reacción de ese viejito refleja la angustia, la impotencia, la rabia y la indignación de millones de peruanos que a diario deben someterse al humillante sistema de salud pública del Perú. Es terrible que las personas que no tienen dinero deban soportar muchas veces malos tratos de las personas que los atienden, sean estos del personal administrativo o médicos, enfermeras, técnicos y otros. Eso, aparte de tener que esperar semanas y hasta meses para que les den una cita o fecha para hacerse algún examen.

Es lamentable que cada vez salgan más médicos de las universidades con el principal afán de hacer dinero en el más corto plazo a costa de los pacientes. Curar a los enfermos, aliviar los sufrimientos del prójimo, no es el objetivo principal de estos profesionales. El resultado es que solo atienden bien a quienes les paguen más. Entonces, en los hospitales no dan la mejor atención a los pacientes, los tratan mal a ellos y a sus familias, y muchos hasta se escapan en pleno horario de trabajo para atender en consultorios particulares.

Es hora de cambiar esta situación. Las universidades deben crear filtros para seleccionar a los postulantes que tengan verdadera vocación de servicio y dejar de lado a los mercenarios. Hay que aclarar que también hay médicos y enfermeras que sí tienen mística de servicio y que el enfermo es su gran preocupación. Aparte, este gobierno y los anteriores han hecho muy poco por mejorar el sistema de salud pública. En lugar de que la situación mejore, aunque sea poco a poco, lo que vemos es cada vez peor.

La conclusión es que si quieres tener una buena atención médica, algo a lo que todos los peruanos, pobres o ricos, tenemos derecho, entonces debes tener bastante dinero. Si no, deberás ir a los hospitales a morir poco a poco, de tu enfermedad y también de humillación. Eso no es digno. ¡Presidente Vizcarra, acuérdese de los millones de pacientes pobres y mejore los hospitales!”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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