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Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un cebichazo de lenguado y un chaufita de mariscos con cremas, ensalada de cebolla, tomate y, para tomar, un refresco de cocona fresquecito. “María, en setiembre el gobierno de Martín Vizcarra aprobó mediante un decreto que los casinos y tragamonedas paguen el impuesto selectivo al consumo (ISC) desde el 1 de enero del 2019, o sea, en solo unos días. Según el Ministerio de Economía, el Estado iba a recaudar por este concepto ¡125 millones de soles al año! Aunque otras voces señalan que el país recibiría 450 millones.

¿Con esa fortuna, cuántas escuelas se pueden construir o refaccionar las que se caen a pedazos, y dotarlas de todos los servicios, incluido Internet, computadoras, laboratorio, equipos deportivos y otros? ¿Cuántas medicinas y equipos médicos pueden adquirirse con esa plata para centros de salud y hospitales que carecen hasta de jeringas y gasas? Pero el Congreso, mediante la Comisión de Constitución que preside el fujimorista Miguel Torres, salió al rescate de los dueños de casinos para impedir que paguen el ISC, y dejó sin efecto el decreto del Gobierno con los votos de legisladores de su partido y del Apra.

‘Es un lobby y los están exonerando del pago del ISC. Aquí, la verdad es que los propietarios de los casinos ganan mucho dinero y hacen mucho daño a la salud pública’, protestó el congresista Yonhy Lescano. No hay que olvidar que el estudio de abogados Torres y Torres Lara, de propiedad de la familia del parlamentario Miguel Torres, tiene en su cartera de clientes al sector casino, entretenimiento y clubes. Si a los empresarios los defiende el Congreso, ¿a los ciudadanos de a pie, quién? ¿Acaso no es trabajo de los ‘padres de la patria’ velar ‘por el bien de las mayorías’? En su argumentación para la imposición del ISC, el Ministerio de Economía sostuvo con razón que los casinos y tragamonedas provocan ludopatía.

Nada bueno aportan a la sociedad, sino al contrario. Son muchas las personas de todas las edades, desde jóvenes hasta ancianos, que apenas tienen un dinerito en las manos van desesperados a los casinos y casas de apuestas a perderlo todo. Es penoso ver a viejitos pedir hasta limosna y vender sus cosas para conseguir plata con qué jugar. Matrimonios se destruyen y no son pocos los que pierden trabajo, familia, quedan como loquitos y se arruinan por ese vicio que, encima, quiere mantener el injusto privilegio de no pagar el ISC.

¡Increíble! El presidente Vizcarra no debe dejar pasar este intento. No solo están en juego millones de soles en impuestos, sino algo más importante, como la salud de la gente”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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