El minibar de Chotillo estaba lleno de whisky
El minibar de Chotillo estaba lleno de whisky

El Chato Matta llegó con cara de resaca al restaurante. Pidió una limonada heladita para ‘apagar el incendio’ y la acompañó con un cebichito de cojinova y un arroz con mariscos, con pulpo, conchitas y langostinos. “María, el gran Pancholón es un personaje de aquellos. Me enteré de la última que le hizo al doctor Chotillo. Tú sabes que el ‘Cirujano de las estrellas’ siempre maletea al gordito.

‘Pancho está todo viejo, ya no chapa ni la gripe. Solo agarra taco 5 para abajo, salchipapa de a luca. Yo como lomo fino en el restaurante de Gastón’. Al abogado mujeriego le contaron todito en el sauna. En medio del vapor, se escuchó la voz de su amigo, el Patrón. ‘Panchito, ese Chotillo no corre, es mala leche’. El gordito respondió: ‘Es un malagradecido. Yo le di color cuando era un monguito estudiante de Medicina. Ahora que está ganado, paga capricho como el ‘pizzero’. Nunca me va a perdonar que lo partí con su enamorada con la que se iba a casar’.

Pero bueno, Chotillo conoció a un par de venezolanas, en el límite de Surquillo y Miraflores. El médico timbró a Pancho: ‘Maestro, mi bobo es de Caracas, mejor que Korina. Perdóneme si me porté mal. Lo invito a ver el partido de la selección ante Estados Unidos en mi casa de playa. Mi novia, la escultural Mery, está en el norte con su familia. Pero eso sí, ni se le ocurra mirar a mi Amparito. No está a su alcance. Para usted estoy llevando otra amiguita, igual de mamacita’.

El bar estaba lleno de whisky, un televisor de 50 pulgadas y ricos piqueos. Pancho se volvió virolo cuando vio a Amparito, que estaba de la mano del doctor. Espectacular, con una minifalda de infarto. Al toque el ‘Emperador’ se sentó a su lado, pues la otra amiga falló a último momento. Cuando el médico se iba al baño, Pancholón le servía vasos dobles de whisky y Amparito se reía, no decía nada. Chotillo es cabeza de pollo.

Cuando pusieron una salsita de El Canario, Pancho la sacó a bailar, le mordió la orejita y le susurró: ‘Te vas a saciar de mí...’. En ese momento, el doctor ya estaba ‘sopa’. ‘Pancho, por favorrrr. Déjame, cholito, con mi venequita’. El ‘Emperador’ había bajado el volumen de la televisión y se puso a narrar el partido como en sus buenos tiempos. ‘¡¡La lleva el chibolo Tapia, tremendo jugador, por mi madrecita. Ayayayayyyy, la pisa, la cubre, la lucha. Avanza Polito, desborda por la derecha, mete el centro, viene el ‘Orejas’ y goooolll, goooolll, goooolll. Ayayayayayay, mamita. Por mi viejita, Perú 1, Estados Unidos 1!!’. Ya Chotillo estaba roncando cuando la venezolana subió al camionetón. ‘Vamos al segundo piso’.

Panchito le hizo varios goles de media cancha. A las dos horas bajaron y el médico dormía como un bebé. Amparito se echó a su lado y cuando despertó, le dijo: ‘Chotillito, eres más goleador que el ‘Orejas’. ¿Te gustó cómo te bailé el Totó?’. El médico la besó, le prometió un smartphone X Plus y siguió durmiendo”. Pucha, esos dos, Chotillo y Pancholón, son tal para cual. Un par de cochinos. Me voy, cuídense.

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