El debate entre el doctor Chotillo y Pancholón cada vez se pone más picante.
El debate entre el doctor Chotillo y Pancholón cada vez se pone más picante.

El Chato Matta llegó al restaurante por un espectacular cebiche de mero y un chaufita de mariscos. “María, el gran Pancholón se juntó con el doctor Chotillo en el sauna privado. ‘Chatito, baja urgente. Voy a escuelear a este agrandado’. En medio del aroma de eucalipto, manzanilla, hierbaluisa y cáscaras de naranja se escuchó este alucinante diálogo.

CHOTILLO: Pancho, tanto te botabas con que eras el ‘rey de los pantaloncitos’ y en una te partí. Más fácil que la tabla del uno. Estoy ganador, más que Agostini y Porcella. Tu flaquita vio ‘chocolate’ conmigo y ni se acordó de ti cuando estábamos en La Posada y hasta cantamos ‘Felices los cuatro’. Con eso te demuestro que ya fuiste, estás viejo, fofo y arrugado.

PANCHOLÓN: Doctorcito de medio pelo, te agrandas porque chapas mis sobras y ya me contaron que para arrancarle un piquito tuviste que regalarle un iPhone XS. No seas malo. Tu realidad es que eres sponsor, no te sienten, no tienes piel para la canallada. El floro y carisma viene en los genes, se nace, no lo compras en la esquina. De viejo no se aprende. Tú eres ‘sangre chinche’ para las mujeres. No te soportan...

CHOTILLO: Gordito, acuéstate temprano para que mañana compres tu tamal de dos mangos y tu pan tolete. Esa es tu realidad. Yo voy a desayunar con un ‘cuerito’ en el Country y de ahí al mediodía bajo en mi Audi a ver la primera de abono a la Plaza de Acho, ‘por siaca’ en sombra. Ya tengo mi bota de vino español, mientras tú haces chancha en la Trinchera para una cajita de cerveza y encima te quedas con el sencillo. Mientras yo me codeo con Machi y empresarios árabes, tú estás correteando a una venezolana que vende arepas...

PANCHOLÓN: Oye, ‘carne boba’, yo toda la vida he sido caminante, barrio, pueblo, parador. Como salchipapa de a luca y también lomo fino en La Carreta de San Isidro. Nunca serás como yo. Soy de otro nivel. Veo la envidia y la ‘mala leche’ en tu rostro, las ‘nenas’ vienen a mí, mientras tú pagas capricho.

CHOTILLO: Eres narrador de cuentos. Las flacas te alucinan un rato, se ríen y hacen hora. Ninguna te toma en serio.

PANCHOLÓN: Te veo y me imagino cómo será tu vida de viejo. Guarda tu billete porque nadie te va a llevar ni un pan’”.
Pucha, esos amigos del Chato solo hablan de sus mujeres y aventuras como si fuera una gran cosa. Par de sinvergüenzas. Me voy, cuídense.

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