Tenían tres años de edad. Cuando estaba en la guardería, el pequeño Matt Grodsky se paró y, delante de todos sus amiguitos, le prometió a Laura Scheel que se casaría con ella. Veinte años después, ambos se dieron el sí. Así es, la realidad puede superar a la ficción y la historia de Matt y Laura, dada a conocer en , da fe de ello.

La cuenta @thewaywemet de Instagram dio a a conocer su historia, digna de una película o una telenovela. El final feliz: se casan luego de una promesa que él le dio a ella cuando niños. La segunda parte, si es que se trata de una saga, aún está por escribirse.

"Estaba enamorado de Laura cuando era niño, y aún lo estoy hasta ahora", indica Matt Grodsky. El joven recuerda que Laura Scheel, hoy su esposa, le enseñaba a usar los columpios y se divertían mucho juntos, jugando a las escondidas.

"Laura and I met in preschool. One of my very first memories is of being 3 years old and standing up in front of my pre-school class, declaring that I would marry her someday. As kids, Laura taught me how to ride the swings, draw rolling hills, and the 'right way' to properly eat string cheese. We have fond memories of playing hide-and-go-seek, chasing after each other on the playground, and mischievously staying up during nap time. I was enamored with Laura as a child, and I still am to this day. Eventually, we lost touch upon entering our Elementary School days and for the next seven years, our family's annual Christmas cards was the only way we ever saw each other's faces. It wasn't until High School that we reconnected by happenstance through a mutual friend. Within two weeks, we decided to be boyfriend and girlfriend. We continued to date through out all of High School, even though we went to different schools. We even stuck together long-distance while attending colleges in different states. We remained a resilient couple until May 23rd, 2015 when I decided to stay true to my preschool pledge and make Laura my wife. I proposed to her at the place it all began... our preschool classroom."

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No obstante, se fueron separando con  el tiempo y el reencuentro se dio en los últimos años de colegio. Un amigo los juntó y las mariposas en el estómago resucitaron, y no necesariamente por hambre. 

¿Y dónde se casaron? nos da más detalles: En el jardín de la guardería preescolar donde se conocieron. A los cursis podrá darles arcadas la historia, pero ellos se sienten los más felices del mundo y solo eso es lo que importa.

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