El poeta y ensayista Bruno Polack publicó ‘¡Ars Fascinatoria!’. (Foto: Milagros Alcalde)
El poeta y ensayista Bruno Polack publicó ‘¡Ars Fascinatoria!’. (Foto: Milagros Alcalde)

Por Juan Mauricio Muñoz 

Después de ‘Fe’, Bruno Polack se aventuró con los sonetos en ‘¡Ars Fascinatoria!’ (Vallejo and Company, 2018). El poeta y ensayista también llegó a esta entrevista con un fusil al hombro: conversamos sobre las rencillas con Renato Sandoval; el debate con los integrantes de Sub-25 y la actual narrativa peruana. Y el 'Pequeño y Mugroso Polack' no se calló nada. 

¿Por qué de ‘Fe’ a ‘¡Ars Fascinatoria!’ hay un cambio radical hacia el barroco?
Creo que todos los poetas deben manejar la palabra. Hace tiempo tenía la intención de practicar los sonetos. No quería quedarme en la zona de confort. Creo que ‘Fe’ fue mi mejor libro: hasta ahora me siguen hablando de ese poemario. De hecho, los sonetos son muy poco vendibles, ya que la poesía libre ha ganado todo el terreno pero quería practicarlo.

‘Ars Fascinatoria’ no es el mismo Bruno Polack de otras publicaciones.
Intenté utilizar temas contemporáneos como un guiño al barroco. El soneto está casi muerto, así que quise darle vida con este poemario.

No quisiera regresar a ‘Fe’, sin embargo, ¿‘Ars Fascinatoria’ es tan personal como el anterior?
Sí, son 21 sonetos muy personales. Decidí no dedicarle a nadie los poemas, aunque ya sabrán quién es quién cuando lo lean. Antes el soneto era una manera de joder, pero se perdió con la poesía libre. Debería ser así. Me gustaría que alguien me respondiera.

Te pueden responder los integrantes de Sub-25...

¡Claro! No escribo sobre ellos en ‘Ars Fascinatoria’, pero deberían responderme. Me imagino que este poemario debe ser un gran signo de interrogación. ‘Qué habla este huevón’, se deben estar preguntando.

Me comentaste hace un par de años que Vallejo and Company no es una editorial, sin embargo, tienen varias publicaciones.
Hemos publicado cinco libros sin querer: dos libros son de mi autoría, luego está ‘Bodegón. Poemas recuperados’, de Enrique Verástegui; Mario Pera (su compañero en Vallejo and Company) publicó un pequeño libro de Ginsberg y finalmente ‘Un tercer ojo para el tiempo de la tristeza’, de la ‘carnicera’ Vanessa Martínez.

Ya están siendo considerados como editorial, además de la web... 
Nunca seremos una editorial grande. Muchas personas se acercaron a nosotros para publicar sus libros: respondimos que no somos una editorial, sino una web. Sin embargo, he conversado con Mario (Pera) para sacar adelante un sello, pero que no se llame Vallejo and Company, pese a que es buen nombre. 

Volviendo a ‘Ars Fascinatoria’, ¿has leído sonetos últimamente para escribir este libro?
Fui formando estos sonetos poco a poco, algunos son burlones, otros son introspectivos. Como repito fue una forma de salir de la zona de confort. Pude haber escrito otra publicación como ‘Fe’, pero quería publicar ‘Ars Fascinatoria’. 

‘Ars Fascinatoria’, la más reciente publicación de Bruno Polack. (Foto: Facebook)
‘Ars Fascinatoria’, la más reciente publicación de Bruno Polack. (Foto: Facebook)

FIP LIMA Y RENATO SANDOVAL

¿Qué pasó con el Festival de Poesía (FIP Lima) y Renato Sandoval?
Renato Sandoval, otros chicos y yo fundamos el FIP Lima. Trabajamos bastante para que tenga acogida. Nunca habían venido tantos poetas del extranjero. El Parque de la Exposición se llenó: casi 4 mil personas escuchando poesía. Incluso, ovacionaron a Antonio Cisneros el mismo año que falleció.

¿Antonio Cisneros también se sorprendió con tanta gente?

Meses después, Toño (Antonio) Cisneros me llamó y me preguntó cómo logramos llevar tanta gente a la FIP Lima. Fue halagador que se quedara sorprendido. Tiene un valor muy grande.

Entonces, qué sucedió con la FIP…

La parte fea fue cuando llegó el momento de hacer cuentas con el presupuesto. Nos dimos cuenta que Renato Sandoval robó en varias áreas. El balance económico era un desastre. Ni siquiera se dio el trabajo de llamar a un contador para maquillar las cuentas. Analizamos las cifras, y todo estaba mal.

Por eso le dedicaste un poema en ‘Ars Fascinatoria’.

En parte. Tampoco se lo merece por completo.

“Di la verdad, tío, ¿a quién le has ganado?”, creo que es él, ¿no?
Sí, pues. Y si quieres que te responda: Renato Sandoval no le ha ganado a nadie. Lo más triste no es que se haya convertido en un ladrón y que todo el mundo lo sepa, sino que como poeta ha muerto porque sus últimos dos libros son una buena mierda. Su libro ‘Prooémiun mortis’, que quedó tercer puesto en el Premio Copé-parece que ahora quedar entre los ganadores de ese premio es un demérito más que un mérito-es horrible. Luego, Sandoval publicó ‘Odiario’, una especie de expiación del odio que cree que le tienen. Lo compré y me hubiera divertido mucho leyendo un buen libro, pero, técnicamente, repito, es una buena mierda. Si alguna vez fue un poeta aceptable, ahora ha muerto en todo el sentido de la palabra.

¿Nunca más te has vuelto a dirigir la palabra con Renato Sandoval?
No, jamás. A mí me da mucha pena porque le agradezco muchas cosas, pero nos robó. Además fue una burla a todas las personas que apoyó la FIP Lima y no ganó ni un sol: el único que ganó fue él. Renato Sandoval era como una Keiko Fujimori en el ‘Caso Cócteles’. La prueba más fidedigna es que nunca pudo responder a las acusaciones. Solo se victimizaba diciendo que queríamos destruir el FIP Lima. Ese soneto, en parte está dedicado a él, pero tampoco voy a decir que le dediqué un poema completa. También hablo de otro personaje que cree que práctica el barroco siendo un bodrio.

¿Su nombre?
No te lo puedo decir.

En la última entrevista que te hice en 2016 me comentaste que estabas escribiendo una novela de mil páginas, a ‘Los Detectives Salvaje’, de Roberto Bolaño.
Aún la sigo escribiendo. Ya que estamos en el aniversario de ‘Los Detectives Salvajes’ diré que lo único bueno que tiene es el extraordinario título, luego como novela es un desastre. La mejor novela de Bolaño es ‘2666’. Como escritor Bolaño es un capo, pero con ‘Los Detectives Salvajes’ no pasa nada.

Para Polack, 'Los Detectives Salvajes', de Roberto Bolaño es una "desastre". (Foto: Milagros Alcalde)
Para Polack, 'Los Detectives Salvajes', de Roberto Bolaño es una "desastre". (Foto: Milagros Alcalde)

'NO ERES UN ESCRITOR POR PUBLICAR UN LIBRO DE MIERDA'

Tuviste un debate con los Sub-25...
Se ha perdido el debate. Pese a que siempre habrá puyas, el debate es enriquecedor. Es la nueva poesía y ojalá sea buena, aunque no todos son tan estúpidos como ellos.

Has tenido fuertes debates con los integrantes de Poesía Sub 25 y Sentimentalito.
Están equivocados.

¿De qué manera?
Poesía Sub-25 y Sentimentalito es un gran departamento de marketing dirigido por Roberto Valdivia, pero después no hay nadie.

También está Kevin Castro.

Tiene 2 o 3 libros bastante deficientes.

Leí ‘Norcorea’ y no me pareció deficiente.
Son libros que no están mal, pero no están descubriendo la pólvora. He escuchado a Valdivia un par de veces, tiene poemas regulares que se dejan escuchar, pero, ¿dónde está lo nuevo?

¿Crees que están repitiendo?

Sí. Ese es el problema cuando no lees nada. Por ejemplo, hace recitales con pequeños conciertos de rock, pero eso ya lo hizo Hora Zero. Estás atrasado 40 años. Ojalá exista algo nuevo.

¿En qué están equivocados?
Cuando consideras que lo más importante en tu poesía es vender, estás utilizando las normas del capital y el neoliberalismo. Cuando el dinero es el fin, en teoría, tienes cosas horribles para vender. Ese es el error de los integrantes de Sub-25, o por lo menos de Valdivia, no sé si exista realmente ese colectivo de poesía.

Para ti, ¿Sub-25 es solo Valdivia, y allí empieza y muere todo?
Sí. Sin embargo, también considero que está dentro del establishment poético, por más que reniegue, es parte de la poesía peruana. Es heredero de muchos poetas peruanos. Valdivia es un poeta regular, pero no ha descubierto ni descubrirá nada. Como poeta es una gran marketero. Él escribió en El Dominical. ¿Quién es más establishment?

¿Cuál es el gran problema de la poesía joven?
Creer que la poesía actual solo está en Sub-25. Hay otros jóvenes que no están involucrados en ese colectivo como Katherine Medina, Lisbeth Curay, Alonso Belaúnde Degregori, Gian Pierre Cordalupo, entre otros. La idea de solo querer vender es bastante neoliberal porque está dejando la poesía de lado. Ojo, no está mal vender en sí. Sin embargo, hay bodrios como Marwan y Elvira Sastre, también conocida como Elvira Desastre, creyendo que eso es poesía.

Porque venden entre 5 a 6 mil ejemplares.

El problema no es que vendan, sino que vendan esa mierda y lo pasen como poesía. Tampoco uno es el sensor de la poesía, pero definitivamente allí no hay nada. Son poemas olvidables y engaña gente. Si vamos por otro lado, ese el problema de la narrativa peruana actual.

¿Cómo así?
Están haciendo famosos a escritores medianos. En una tradición narrativa tan rica como la peruana caer en Jeremías Gamboa o Renato Cisneros que, de repente son tipos muy bacanes, sin embargo, sus libros serán olvidados. Ningún escritor(a) lo dice porque tiene miedo de pelearse con ellos o las grandes editoriales. No tengo nada contra ellos, pero el sistema de la industria del libro siempre quiere que se escriba sobre el mismo tema: el conflicto del padre, la familia, la realidad social, libros fáciles de leer y que sigan la línea que les mande la editorial. Imagínate si en estos tiempos Vargas Llosa hubiera presentado a Random House ‘La Guerra de Fin del Mundo’ y Gamboa presentaba ‘Contarlo Todo’, ¿a quién crees que le publicaban el libro? Las grandes editoriales están prostituyendo a la narrativa peruana.

¿Tanto así?
Están acabando con la tradición de la narrativa peruana. Tenemos autores de renombre como Vargas Llosa, Gregorio Martínez, Ribeyro, Miguel Gutiérrez, Fernando Ampuero, Edgardo Rivera Martínez, Bryce Echenique, y ahora, ¿qué hay?

Te puedo mencionar a Luis Hernán Castañeda con su última novela: ‘Mi madre soñaba en francés’.
Solo he leído ‘Casa de Islandia’.

Ese es su primer libro.
Más o menos.

Bueno, ‘Mi madre soñaba en francés’ supera todas las expectativas.
Voy a leerlo porque me han comentado lo mismo. De hecho, en Perú hay muy buenos narradores, pero le dan más fama a los medianos, a los que entran en la estructura de las grandes editoriales no por la calidad literaria sino para vender. Ese es el fin. No les importa una buena literatura.

Al final son empresas...
Así es. Y quieren vender lo cual no está mal pero al menos deberían tener un ápice de calidad literaria. La narrativa peruana actual está peor que la poesía, que al menos se defiende. Si lo medimos por ventas y fama, la poesía peruana está por los suelos. Sin embargo, en calidad literaria la poesía peruana siempre ha sido superior a la narrativa. Incluso en los momentos cumbres, allí han empatado.

¿La narrativa peruana nunca ha superado a la poesía peruana?
La poesía peruana es mucho más rica que la narrativa peruana. La poesía peruana, junto a la chilena, es la más importante de Latinoamérica. Ambas son espectaculares, y de allí la cubana. Ninguna se acerca a la poesía peruana. La narrativa peruana se estaba recuperando, pero ahora está relegada. Deben existir buenos autores peruanos, pero los más populares los ensombrecen, y estos se sienten opacados y quieren convertirse en populares, que venden. Lo peor de todo es que estos escritores que venden están siendo utilizados. Creen que por vender miles de ejemplares de un libro ya son escritores. No eres un escritor por publicar un libro de mierda.

¿Qué son si crees que no son escritores?

Son escritores de segundo orden. No merecen el lugar donde están. El aparato comercial y marketing para vender miles de ejemplares es increíble. Gracias a esto no volverá a existir un ‘Rayuela’ o ‘Paradiso’ ni ‘Conversación en la Catedral’ o ‘Cien Años de Soledad’. El lenguaje ha involucionado.

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