La salud del comandante de la Policía Nacional Ángel Augusto Tahua Ríos continúa deteriorándose en una carpa ubicada en la parte posterior del Hospital Augusto B. Leguía del . Los niveles de oxígeno en su sangre disminuyen día tras día producto del coronavirus, enfermedad que contrajo cuando servía al país en la primera línea de defensa contra la pandemia, que hasta el momento ha contagiado a medio millón de peruanos y acabado con la vida de 27 mil.

El COVID-19 cambió la vida de este valiente policía y de su familia en menos de una semana: dio positivo el miércoles 11 de agosto, se agravó el domingo 16 y desde el día lunes 17 permanece hospitalizado por el colapso de sus pulmones.

Actualmente presenta saturación por debajo de 80, lo que se considera hipoxemia severa, y permanece en un ambiente ubicado en la parte posterior del centro de salud al que llegó derivado del Hospital Geriátrico San José de la PNP de San Miguel con la promesa de una cama UCI. Cuando llegó la realidad era otra, asegura su esposa María, quien también dio positivo en su prueba de descarte.

Pese a estar enferma, se amanece todos los días al lado de la carpa donde estabilizan a Ángel. Pese a la insistencia, lo único que ha obtenido son marchas y contramarchas: primero le dicen que ya hay una cama UCI disponible para él, luego se contradicen, le aseguran que Ángel ya no la necesita. Mientras esto pasa, Ángel se queda sin aire.

“El estado de mi esposo ha llegado a una situación muy crítica... hemos correteado, se ha buscado... a las cuatro de la mañana había una cama... al final por tema burocrático no hicieron nada”, denuncia con la voz cansada de tanto pedir respuestas.

“He movido cielo y tierra, he conseguido un poco de dinero, he buscado por todo lado... ahora que esto ya ha salido en las redes se ha conseguido una cama de oxigenación rápida mientras dure la desinfección de la cama UCI que han prometido, pero no me siento tranquila”, refiere con la incertidumbre que en estos momentos debe tener todo aquel con un enfermo de coronavirus que ya notó el colapso del sistema de salud en el país.

“Yo no soy médico, yo no sé cómo funciona esto, ahora solo estoy sentada aquí con mis hijos, esperando que alguien nos ayude”, manifiesta a la espera de una solución que después de varios días le permita dormir tranquila.

Ángel Tahua, vecino de Los Olivos, con 20 años de servicio en la institución policial, necesita una cama UCI con urgencia y una ambulancia tipo 3 para su traslado. Si usted desea ayudar a esta familia, no dude en comunicarse al 996378627.

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