La Naturaleza es una caja de sorpresas que la nos ayuda a conocer mejor.  Las investigaciones científicas nos demuestran que el mundo es más complejo y exquisito de lo que parece. Por ejemplo, lo descubierto del vencejo, una pequeña ave.

Con dispositivos recopiladores de datos atados a ejemplares de vencejos comunes, un equipo de investigadores suecos fueron capaces de registrar que estos pájaros pueden mantenerse en el aire por nada menos que 10 meses (confirmando así lo sospechado por otros observadores de la especie). Los datos fueron revelados en un estudio publicado en la revista .

Los vencejos comunes, naturales de Eurasia y África, son conocidos por sus impresionantes habilidades aéreas, para cazar comida y material de nido durante un vuelo. Ahora, con esta nueva evidencia, los vencejos “batieron un nuevo récord”, indicaron los investigadores.


“Cuando los vencejos dejan su lugar de apareamiento en agosto para migrar a los bosques tropicales del África Central, nunca tocan suelo hasta que regresan al siguiente período, 10 meses más tarde”, indicó Anders Hedenström de la en Suecia en declaraciones reproducidas por Phys.org. “Algunos pueden posarse en breves períodos, o noches enteras en invierno, aunque otros, literalmente, nunca aterrizan”, agregó. Los pájaros, según el biólogo, colectan energía durante el día deslizándose en las corrientes de aire caliente. Pero también ascienden a elevadas alturas cada día, al amanecer y atardecer.


Mucho tiempo atrás, los científicos sospecharon que este tipo de aves podrían pasar la mayor parte de su vida volando. Para comprobarlo, Hedenström y sus colegas desarrollaron un nuevo tipo de recopilador de datos. Los recopiladores tradicionales registran la aceleración del vuelo de las aves. Posteriormente, los científicos agregaron sensores de luz para usarlos en la geolocalización. Los investigadores adjuntaron estos recopiladores a 19 vencejos que recapturaron más tarde. La información resultante mostró que las referidas aves pasaban volando más del 99% de su tiempo durante 10 meses de etapas de no apareamiento. Mientras algunos individuos descendieron y tocaron tierra en algún momento, otros nunca lo hicieron.

Hedenström dice que aun no se sabe cómo las aves duermen, o si es que llegan a dormir. Para él, que algunos nunca pisen tierra en sus viajes sugiere que duermen durante el vuelo. Existe la hipótesis de que consigan tomar una siesta durante los descensos suaves al amanecer y atardecer. Son posibilidades que el equipo piensa explorar.


Pese a la fuerte demanda de energía que toman vuelos de tal magnitud, los vencejos suelen vivir vidas muy largas, desafiando nociones que indican que vivir intensamente produce una muerte a corta edad. Según se documenta en el trabajo, algunos vencejos viven hasta los 20 años. En una vida, el vuelo acumulado equivale a siete vuelos de ida y vuelta a la luna, cree Hedenström.

De descubrirse que los vencejos duermen en pleno vuelo, no sería un fenómeno raro en el mundo animal. Las fragatas, naturales de las Islas Galápagos, dormitan mientras vuelan en viajes que pueden durar hasta 10 días seguidos, determinó un estudio publicado en Nature Communications.

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