Por: Miguel Ramírez

El 13 de julio pasado, días antes de que asumiera el cargo de presidente de la República, este columnista le hizo una sana advertencia a : tenga cuidado con los antecedentes personales y profesionales de quienes designará en los más altos cargos de su gobierno.

Le dijimos que en Estados Unidos esa ‘chamba’ la hacía la CIA, sus agentes arman expedientes con la vida y demás, desde el día en que nacieron, de los candidatos elegidos y los envían a la Casa Blanca. Aquí, en el Perú, ese rastreo lo hacemos, con similar eficacia, los periodistas.

El presidente, sin embargo, no atendió la sugerencia. Lo ocurrido con su asesor –ampayado en unos audios acordando ‘negociazos’ con la salud de miles de peruanos pobres- es una prueba dolorosa de una clara negligencia, que el jefe de Estado debe asumir.

Los malos pasos del médico Carlos Moreno eran públicos. En febrero del año 2012, cuando dirigía la Unidad de Investigación de ‘El Comercio’, descubrimos que Moreno era socio de varias empresas que tenían contratos con el Ministerio de Salud, en donde era asesor del entonces ministro.

Carlos Moreno era socio y fundador de Inversiones Versa Care (empresa de importación, exportación y comercialización de productos farmacéuticos y materiales médicos) junto con los hermanos Miguel y Luka Baraka Mazuelos. A estos últimos los asesoraba en la empresa pesquera Velebit Group Perú, que también vendía alimentos marinos al Estado.

Fabiola Torres, la acuciosa periodista que hizo ese reportaje, le dijo a Carlos Moreno que ser asesor ministerial y dueño de empresas que vendían sus productos a ese ministerio, evidenciaban un claro conflicto de intereses.

Carlos Moreno, con pasmosa tranquilidad, rechazó la versión. Argumentó que ya se había desvinculado de dichas empresas, lo cual no era cierto. “Con Versa Care solo importé tres equipos médicos desde su creación en el 2008”, respondió.

No fue lo único que descubrimos. En 1993, una fiscalía del Callao denunció a Carlos Moreno y a otros cinco médicos del hospital ‘Daniel Alcides Carrión’ por la compra, sin licitación, de equipos para el pabellón de quemados por ¡39 millones de soles! Moreno era promotor de Industrias Hernández, la empresa que se eligió a dedo para esa millonaria compra.

Unos diez años después, sorprendentemente, la denuncia se archivó y el médico continuó con sus andanzas.

A Carlos Moreno le decían ‘diosito’, porque estaba en todos sitios. Era amigazo de Lourdes Flores, Alan García y, últimamente, del presidente Kuczynski.

Muchos sabían de su trayectoria oscura, pero se hicieron de la vista gorda. El médico no solo era asesor del jefe de Estado, el ministro del Interior, Carlos Basombrío, también lo nombró en una comisión para mejorar los servicios médicos de la Policía. 

Felizmente, el ministro reaccionó tras conocerse el escándalo.
La pregunta es, ¿cuántos ‘topos’ siguen rodeando al presidente PPK? Nos vemos el otro martes.

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