para inmiscuirse en la vida política de nuestro país, especialmente en la región Puno, empezó el mismo día que llegó al poder, aquel aciago 28 de julio del 2021. Por fin ayer, el Gobierno decidió impedir su ingreso al país.

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Como conté la semana pasada, reportes de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) señalaban al expresidente boliviano como uno de los instigadores de las violentas revueltas en el sur del país, producidas en diciembre cuando fue vacado Castillo, su íntimo amigo ideológico.

También lo sindicaban de estar detrás de los violentos desmanes que están ocurriendo en los últimos días en y en otras zonas andinas, en donde vándalos tienen tomadas varias carreteras y el viernes pretendieron asaltar el aeropuerto de esa localidad. Esas no son protestas, es vandalismo puro y duro.

Morales había logrado tejer una red de contactos y amigos en la región puneña. Entre ellos se encontraban el exgobernador Germán Alejo Apaza y el actual Richard Hancco. Y también profesores universitarios y dirigentes , quienes –según fuentes de inteligencia policial– son los principales azuzadores de las revueltas sangrientas.

Desde el primer día que Perú Libre llegó al poder, Evo Morales se convirtió en el principal invitado de Pedro Castillo y su mentor Vladimir Cerrón.

HOTELES CINCO ESTRELLAS Y LUJOSOS RESTAURANTES LIMEÑOS

“Evo Morales se ha convertido en el invitado VIP de Castillo y Cerrón. Viene al país cuando se le ocurre, lo recoge un carro oficial, viaja a provincias, dicta charlas, se hospeda en hoteles cinco estrellas y se mete opíparos almuerzos en lujosos restaurantes limeños, rociados con exquisitos licores”, escribí en octubre de ese año.

Morales, según me cuenta una fuente palaciega de aquel entonces, fue quien aconsejó a Castillo realizar los famosos ‘Consejos de Ministros descentralizados’, especialmente en las zonas andinas, para enfrentar a los del campo con los limeños. Él hizo lo mismo cuando llegó al gobierno en el año 2006.

“Muchos amigos que viven aquí en Lima se reían de mí cuando les decía que lo que estaba haciendo Castillo era un calco de lo que hizo Evo”, me narra una amiga política boliviana, quien está asilada en el Perú y fue perseguida por Morales.

Evo recorría casi a diario sus provincias. Dictó una norma para que todas las obras públicas fueran inauguradas solo por él. Hasta inauguraba baños públicos.

Como dirigente cocalero, puso especial énfasis en el Chapare, en donde se producen toneladas de cocaína. Morales, según fuentes antidrogas estadounidenses, está vinculado con el narcotráfico.

Evo había cometido delitos y burlado nuestra soberanía. El viernes, la conocida periodista Alicia Rojas, del diario El Comercio, reveló que doce de sus operadores políticos ingresaron al país 27 veces, entre el 2021 y el 2022. Y en nueve oportunidades ilegalmente. A estos también se les ha impedido el ingreso.

¡Morales nunca más! Nos vemos el otro martes.

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