¿Quién es Claudia Vásquez Haro? Quizá sea la peruana más influyente en la política argentina. No exageramos. Es una de las personas de confianza de , hoy vicepresidenta. Asimismo, trabaja como asesora del gabinete en el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.

Vásquez Haro (Trujillo, 1974) es, además, doctora en Comunicación, catedrática universitaria, investigadora, activista, migrante, y acaba de convertirse en la primera mujer trans designada en un empleo público. Realmente, un hecho histórico y trascendental en la lucha por los derechos del colectivo travesti–trans. Sin contar que en 2021 se convirtió también en la primera mujer trans en obtener un doctorado en una universidad pública de Argentina.

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Pero la lucha de Claudia Vásquez no es de hoy ni de ayer. Se remonta, quizá, a aquel noviembre de 2000, cuando decidió migrar de Perú a . Fue la decisión más importante de su vida, un antes y un después en esta historia de superación.

Viajar unos miles de kilómetros al sur le permitió escalar académica y profesionalmente como no hubiera podido jamás en su país natal. Aquí, en el Perú, por ejemplo, fue expulsada de un colegio nacional por la que consideraba su identidad sexual.

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No pudo terminar la carrera universitaria por el bullying en el país. Quizá, como sucede con un porcentaje alto de la comunidad peruana travesti–trans no estaría viva. La expectativa de vida para ellos y ellas es de 35 a 40 años.

“El colectivo más vulnerable del planeta es el trans y travesti. ¿Por qué? ¿Acaso somos una amenaza para la sociedad?”, se pregunta. Y apuntala así su batalla, la de hacer una sociedad más justa para todos y todas.

Doctora, ¿hace cuánto migró a Argentina?

Eso fue en el 2000, hace 22 años exactamente. El 5 de noviembre llegué acá.

¿En 22 años ha vuelto al Perú?

Sí, regresé a Perú después de 18 años, en el 2018. Viajé a Lima, invitada para un encuentro iberoamericano de educación y diversidad sexual. Estuve solamente cuatro días.

Se hace llamar "la travesti de Cristina", por su cercanía a la expresidenta de Argentina.
Se hace llamar "la travesti de Cristina", por su cercanía a la expresidenta de Argentina.

¿El Perú sigue siendo esa sociedad que, como a usted, discrimina a sus niños y adolescentes por su orientación sexual?

El Perú es un país profundamente machista, patriarcal, heteronormativo, misógino. Esa es una realidad.

En su tesis doctoral ‘Estudio de caso sobre las prácticas político comunicacionales de las feminidades travestis y trans migrantes peruanas en La Plata: Las Charapas, desde una epistemología del despojo’, ¿qué datos pudo hallar?

(las trans y travestis peruanas) En Argentina es una comunidad muy importante. Lo que a mí me llamó poderosamente la atención era la cantidad de travestis y trans migrantes. Empecé a sistematizar y conceptualizar para convertirlo en un marco teórico, metodológico, para después aportar al campo de las ciencias sociales.

En esa investigación, el relato de manera sistemática es la violencia del serenazgo en Lima. Porque ellas generan redes migratorias, de la selva van a Lima y de Lima viajan a Argentina, es el lugar clave si quieren viajar a Europa.

LA REALIDAD EN EL PERÚ

¿Qué datos halló sobre las agresiones del serenazgo de Lima a la comunidad travesti y trans?

Es sistemático. De las 150 compañeras trans y travestis que entrevisté para mi , el 100% me relató que todas sufrieron violencia del serenazgo: física o psicológica. Entonces. El Estado es quien viola los derechos humanos por acción u omisión. El serenazgo es una fuerza de seguridad de los municipios. La municipalidad es el Estado.

Doctora, ¿Nosotros, la sociedad, el Estado, empujamos a la comunidad travesti y trans a ejercer la prostitución por falta de oportunidades, de legislación?

Hay una autora que habla sobre la precariedad, dice que todos nacemos desprovistos de precariedad. Todos los seres humanos, y sí, por supuesto. Porque cuando sos un niño, vos no podés caminar, correr, comer, te lo tiene que hacer tu madre, tu padre, algún familiar. Por ende, todos y todas nacemos desprovistos de precariedad. Pero en algunos sujetos y sujetas, dice esta investigadora, se maximiza su condición de precariedad. ¿Y cómo? Cuando el Estado no realiza redes de contención. ¿Qué significa una red de contención? Significa, obviamente, desde la sociabilización primaria, que es nuestra familia. Pero nosotros después vamos a la escuela, tenemos que desarrollar nuestra vida en otras instituciones, esa red de contención no está pensada para las personas de la diversidad sexual, ni para las personas trans y travestis, puntualmente.

Su activismo la ha llevado a diversas partes del mundo.
Su activismo la ha llevado a diversas partes del mundo.

¿Por qué?

Porque nuestras sociedades son heteronormativas. El Estado, al no reconocer la identidad de género de personas trans y travestis, las criminaliza, las persigue. Esta violencia del serenazgo puede ejemplificarse como la persecución, como las torturas, sobre todo, en una sociedad heteronormativa, que ya le gente te piensa como hombre o mujer, entonces la prostitución se presenta solo como un destino.

El Estado viola los derechos humanos por acción u omisión. Bueno, acá la falta de políticas públicas para que podamos trabajar como cualquier ciudadano común, en condiciones formales, no existe.

¿En Perú la expectativa de vida de las personas trans y travestis es de 35 o 40 años?

Es una realidad regional.

¿A qué edad migró?

A los 26.

EN PERÚ Y EN ARGENTINA

¿Usted se imagina si no se hubiera atrevido a migrar?

Es muy posible que no haya dado el cambio físico, porque yo la expresión de género a nivel social, lo hice aquí en argentina al 100%. Y es muy probable que tampoco hubiera podido ir a la universidad con mi identidad de género.

¿Los índices de crímenes por odio cuáles son?

En Perú no hay datos oficiales, lo único que existe son las notas periodísticas que uno se va enterando por los grupos de Facebook, del WhatsApp. En Argentina ese fue uno de nuestros reclamos. Yo entregué un informe sobre la violación a los derechos humanos de los travestis y trans y uno de los reclamos era la falta de monitoreo sobre travesticidios y transfeminicio, o crímenes motivados por la identidad de género. Eso es una demanda.

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¿Cómo estamos informando lo periodistas sobre este hecho?

Lo que pude advertir, porque el año pasado estuve un mes en Perú… hay medios de comunicación que tienen ciertas concepciones ideológicas. Incluso, sus fuentes. Al menos en Perú, fue terrible. Encendí la televisión. Primero, no respetan la diversidad de género de las personas trans y travestis. Para ellos gay u homosexual es lo mismo que ser una persona trans o travesti. Hay una falta de educación y también de formas. A la hora de encarar las notas periodísticas, la fuente siempre son los policías. Digo, eso para nosotros es vetusto, viejo.

Hay muchas periodistas que creen que tienen la verdad revelada y creen que pueden hablar por nosotras, con su prejuicio, desde su mirada del mundo, que es muy reduccionista.

Impulsó la Ley Nacional de Cupo Laboral Trans en Argentina.
Impulsó la Ley Nacional de Cupo Laboral Trans en Argentina.

Usted migró hace 22 años, ¿cuál fue el primer cambio que sintió en Argentina?

Te lo tengo que decir, vine a Argentina y si hubiera sido heterosexual no hubiera tenido ningún problema. Cuando vine, todavía existía la ley migratoria. ¿Qué implica esto? Que si no te casabas o tenías un hijo con argentina o argentino, te expulsaban del país. Por otro lado, también estaban los códigos de falta, tengo que decirlo, porque ahora todo el mundo viene Argentina por las leyes que tenemos en términos de diversidad sexual. Esto no siempre fue así, porque cuando llegué, los códigos de falta y los edictos policiales criminalizaban la identidad travesti. No podías ni siquiera salir a comprar el pan porque los códigos de falta decían que las personas no podían usar ropa del sexo contrario.

O sea, legalmente era criminalizado…

Exacto, tal cual. Era un delito ser travesti o trans. Esto es interesante marcarlo. Tengo toda esa experiencia. Todas te cuentan el mismo relato, detenciones en el calabozo, tres o cuatro días, sin cometer delito. Yo viví escondida. Acá ya sabía que las travestis se estaban organizando. Empecé a organizar a las compañeras cuando no había ninguna organización. Fui creando un movimiento. Me convertí en una de las referentes.

LA UNIVERSIDAD, LUGAR DE CONTENCIÓN

¿Cuánto tiempo permaneció escondida?

Cinco años viviendo en la clandestinidad y luego fui a la . A mi facultad no le interesa si no tenés papeles, porque igual vas a estudiar. A mí me esperaban los profesores como si me hubieran estado esperando siempre. Para mí, la facultad fue ese lugar de contención, de acompañamiento, de comunidad. Hice toda mi carrera.

Viendo la realidad de nuestro sistema educativo, eso parece un sueño.

Mucho depende de las decisiones políticas.

Precisamente, le escuché decir en una entrevista que su éxito no es solo por su esfuerzo o el apoyo de su familia, sino también por las políticas argentinas…

Es que las leyes tienen que acompañar. Hay algo que a mí me interesa muchísimo, es la democratización de la diplomacia en el Perú, de Cancillería. Están súper alejados de la realidad nuestra. Del 100% de peruanas en Argentina, yo seré el 1%. Yo tenga una carrera académica. Yo acabo de ser nombrada asesora de Presidencia. Soy asesora de una ministra en Buenos Aires. Yo no conozco ninguna persona peruana que esté ocupando un cargo así, de alto rango en el Gabinete. Mucho menos travesti o trans.

Entiendo…

¿Pero por qué digo esto? Porque hay una especie de romantización de la migración. Me voy a EE. UU. a Europa, lo que ocurre es que del 100 % que viene, el 90% la pasa remal. Acá, del 100% de compañeras peruanas, entre travestis y trans, hay un 70% en la cárcel por la venta de drogas al narcomenudeo.

Para una persona travesti o trans cualquier país sería mejor que el Perú, ¿no lo cree?

Acá, por ejemplo, en Argentina, lo primero que tenés que hacer es estudiar. Hay cupo laboral travesti y trans. Yo ya hice entrar a trabajar a 10 compatriotas mías. Estoy yo donde te digo, pero tengo a Ariana en el ministerio de Trabajo, a Carola y Coral en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, a otra compañera la tengo en el (Centro Cultural) Néstor Kirchner, a otra compañera la tengo en Aeronáutica. No pienso solamente en mí, tengo una mirada colectiva.

“NO HAY UN ‘ESTE ES EL MOMENTO’”

Con la trayectoria profesional, académica y de activista que tiene, ¿ha pensado en postular a un cargo público en Perú?

Mira, la verdad que el año pasado que estuve en Perú, me pasó por la cabeza eso. Al mismo tiempo había indignación y eso se debe convertir en acción. Una nunca debe descartar nada. Jamás imaginé que acá iba a generar todo lo que logré. Fui parte de un proceso histórico.

¿Se ha pensado como embajadora de Perú en Argentina?

Nosotras, como como peruanas y peruanos que vivimos en el exterior hace muchos años, venimos reclamando una democratización en la diplomacia peruana. No puede ser posible que cambien los gobiernos y la relación con nuestras embajadas y consulados sean nulas. Pero esto sucede porque quienes vienen a la Argentina como representantes de nuestro país, desconocen la realidad y las problemáticas de nuestros compatriotas. Y tampoco les interesa interiorizarse. No existe un mapeo de la situación de nuestra comunidad. Su función nos recuerda al virreinato. Son una especie de virreyes, llegan, se atornillan a sus escritorios y de ahí nadie los saca. Necesitamos embajadas y consulados de puertas abiertas, que protejan y resguarden la integridad de nuestros connacionales. Necesitamos funcionarios que metan los pies en el barro. Por supuesto que me pienso en ese cargo, estoy formada, no solo académicamente, sino también tengo experiencia en política y de gestión. ¿Te imaginas una mujer trans en ese cargo? No existe aun ningún precedente a nivel mundial, el Perú tiene esta oportunidad histórica. Es importante estar ocupando estos cargos de toma de decisiones para mejorarles la vida a nuestros hermanos y hermanas que viven en La Argentina.

Siempre decimos que hay temas más importantes de qué ocuparnos, relegamos a las minorías, como es la comunidad trans y travesti, ¿qué siente?

Decime cuándo la sociedad ha estado preparada para algo. No hay un termómetro que te diga ‘este es el momento’. Los cambios que hemos logrado en Argentina es cuando el país estaba en otras crisis, nos hemos metido por los palos.

Claudia Vásquez Haro, la primera mujer trans en ocupar un cargo público en Argentina.
Claudia Vásquez Haro, la primera mujer trans en ocupar un cargo público en Argentina.

¿Se imagina usted a una presidenta o ministra trans o travesti en la región?

Yo me lo imagino, sí. De hecho, ya estamos viendo algunos avances. Tenemos que ir por todos esos lugares, porque tenemos las mismas capacidades, formaciones.

Doctora, ¿esta sociedad se indigna más con el maltrato animal que con el crimen a una persona travesti o trans?

No está mal indignarse por eso. ¿Pero cuáles han sido los mecanismos para que una sociedad no se inmute por la muerte de una persona trans o travesti? Nosotras pedimos ser parte de la agenda emocional de nuestro país. ¿Por qué no se indignan (con los crímenes a una persona travesti o trans)? La sociedad se ha encargado de deshumanizarnos. Los medios de comunicación nos presentan como personas que no estamos bien psicológicamente, que somos enfermas, que nos vestimos de mujer porque queremos prostituirnos o porque estamos vinculados al robo o al escándalo callejero.

¿Cómo es el Perú que anhela?

Yo sueño con un país igualitario, pero en el sentido estricto de la palabra. Acabo de entrar de asesora de una ministra, pero también veo temas migratorios, culturales, educación. A mí me duele la pobreza, que los niños no puedan comer, no puedan ir a estudiar, me duele las injusticias. Yo soy una defensora de los derechos humanos, cualquier tipo de violencia que ocurra, me indigna muchísimo. Sueño con un país donde exista la redistribución de la riqueza, podamos ir a estudiar, tengamos proyectos de vida en igualdad de condiciones. Eso trasciende la cuestión de género y sexualidad.

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