Aquella gélida tarde de agosto de 1999 en Moscú, el presidente ruso Boris Yeltsin -quien estaba enfermo y había decidido buscar su reemplazo- le preguntó al jefe del gabinete de asesores, el periodista Valentín Yumashev: “Creo que es un excelente candidato. Deberías considerarlo. Está claro, por la forma en que hace su trabajo, que está listo para tareas difíciles”.

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Yeltsin, quien confiaba plenamente en Yumashev y hasta lo haría su yerno, le hizo caso. En diciembre de ese año, nombró a Putin como su sucesor. Nadie ha podido sacarlo del poder desde hace 23 años.

Yumashev jamás imaginó que su recomendado sería capaz de poner a su país al borde de una Tercera Guerra Mundial. Putin ha invadido Ucrania, a sangre y fuego, violando su soberanía. Ya van más de dos mil muertos, entre ellos muchos niños.

EL ASCENSO DE VLADIMIR PUTIN AL PODER

¿Cómo Putin llegó al poder? Era la pregunta que muchos se hacían desde 1999 cuando el exagente de inteligencia de la tenebrosa KGB tomó las riendas del Kremlin.

El único que tenía la respuesta era Valentín Yumashev. Durante muchos años corría el rumor que él había sido el mentor. Pero Valentín se volvió esquivo e inubicable. Era enemigo de dar entrevistas, hasta que, en diciembre del 2019, el periodista Steve Rosemberg, de la BBC News, logró la proeza de entrevistarlo.

Valentín reconoció que, en efecto, él se lo recomendó a Yeltsin para que lo sucediera. Pero antes había contratado a Putin como su ayudante. “Era brillante formulando ideas, analizando y argumentando sus planteamientos”, narró.

“¿No le preocupaba acaso el pasado de Putin en la KGB?”, le preguntó el periodista. Era una pregunta de cajón, pues Putin representaba el lado oscuro de lo que había sido la desaparecida Unión Soviética.

Valentín respondió: “Muchos exagentes de la KGB, como Putin, habían abandonado la organización conscientes de su descrédito. El hecho de haber trabajado para la KGB no significaba nada. Putin había demostrado ser un liberal y un demócrata que quería continuar con las reformas del mercado”.

Sin embargo, una vez que se perpetuó en el poder, Putin se volvió un tirano con su pueblo y regresó a su manual comunista. El mismo Valentín lo reconoció en la entrevista: “La misión de Putin es regresar al pasado. Quiere vengar lo que ha dado en llamar ‘la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX’: la caída de la Unión Soviética. Él y su entorno, antiguos oficiales de la KGB, creen que la destrucción de la URSS fue provocada por los servicios de inteligencia occidentales”.

El periodista le lanzó una última interrogante: ¿Lamenta entonces el antiguo jefe de Putin haberlo llevado al Kremlin? El padrino del exespía respondió: “No me arrepiento. Es evidente que los rusos todavía confían en Putin”.

Putin hoy es un genocida. Su mente diabólica no entiende que ¡el mundo no está para guerras! Nos vemos el otro martes.

*Valentín YumashevLos artículos firmados y/o de opinión son de exclusiva responsabilidad de sus autores.

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