Los franceses votaban este domingo en la para decidir quién gobernará el país en los próximos cinco años, si el centrista proeuropeo Emmanuel Macron o la ultraderechista eurófoba Marine Le Pen.

Al momento, la participación en las elecciones presidenciales de , que se celebran en un fin de semana largo por ser el lunes festivo, era de 65,30%, en baja respecto a la primera vuelta y a la segunda ronda de 2012.

Emmanuel Macron, que se presenta por primera vez al veredicto de las urnas, es el gran favorito para reemplazar al presidente socialista François Hollande, al término de una campaña atípica y sacudida en la recta final por un ataque informático masivo.

La victoria del Brexit en el Reino Unido y de en incita a ser prudentes a la hora de interpretar las encuestas por su dificultad para medir el posible impacto del voto en blanco y de la abstención.

Más de 47 millones de franceses están convocados a las urnas bajo estrecha vigilancia, en un país en estado de emergencia tras una ola de atentados yihadistas. A esa hora se conocerán los primeros resultados.

Cualquiera que sea el resultado de la votación del domingo, significará un cambio profundo para Francia, la sexta economía del mundo, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y potencia nuclear.

Es la primera vez en los últimos 60 años que ninguno de los dos grandes partidos tradicionales de izquierda y derecha tiene un candidato en la última ronda de la elección presidencial en Francia.

Emmanuel Macron, un exbanquero de 39 años que irrumpió en la política hace apenas tres años cuando fue nombrado ministro de Economía de François Hollande, podría convertirse en el presidente más joven de la historia de Francia.

Este exministro, formado en las escuelas de élite francesas, presenta un programa liberal en lo económico y profundamente europeísta con el que espera reactivar el estancado motor francoalemán.

Su contrincante, Marine Le Pen, hija del cofundador del partido de extrema derecha Frente Nacional, Jean Marie Le Pen, defiende un programa proteccionista, centrado en la preferencia nacional.

Pretende restablecer una moneda nacional y someter a referéndum la pertenencia de Francia al bloque comunitario, una promesa que de cumplirse podría agudizar el proceso de descomposición de la Unión Europea tras el Brexit.

Los dos dicen ser "antisistema" pero sus adversarios los tildan a ambos de “herederos”. A Emmanuel Macron lo acusan de querer continuar con la política del gobierno socialista y a Marine Le Pen de perpetuar la obra política de su padre.

Una de las grandes incógnitas de estos comicios será la tasa de abstención, que podría alcanzar el 30%. Cabe precisar que Emmanuel Macron encabezó la primera ronda el 23 de abril pasado con un 24,1% de los votos, seguido de Marine Le Pen que obtuvo el 21,30%.

Los resultados revelaron un país fracturado, en donde las grandes ciudades votaron por Emmanuel Macron, mientras que Marine Le Pen obtuvo sus mejores resultados en zonas rurales y en las más afectadas por el desempleo.

El ganador de este último duelo sucederá en el Elíseo al presidente François Hollande quien, hundido en los sondeos, renunció a optar a un segundo mandato, una decisión inédita desde 1958. (Con información de AFP)

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