Un reciente caso de puso en evidencia una polémica ley que encubre a agresores sexuales de niños en . Como era de esperar, el hecho generó la indignación de la opinión pública que pidió justicia para la pequeña Sarah.

Todo sucedió en abril pasado cuando Sarah de 11 años se encontró por tercera vez con un hombre de 28. ‘Te voy a enseñar cómo se besa’, le dijo el depravado sujeto para luego llevarla hasta su casa ubicada en París.

Ni bien entraron a la vivienda tuvieron sexo en la escalera. Cuando terminaron el hombre dejó ir a la niña que corrió asustada a contarle a sus padres el abuso del que había sido víctima a su corta edad. Inmediatamente pusieron la denuncia por violación de menores.

Ahora, cinco meses después del crimen, los fiscales a cargo del caso desistieron de la acusación contra el abusador. ¿La razón? Pues que no había evidencia que comprobara que el acto fue violento o que el agresor hubiera amenazado a la niña.

Según la ley francesa, si no hay violencia entonces no se considera violación. Es así que el sujeto irá a juicio acusado de abuso de menores, un cargo mucho más leve que el de violación y que tiene una pena máxima de cinco años de cárcel.

La abogada de la familia de la víctima lamentó la decisión de los fiscales. En primer lugar argumentó que el abusador amenazó a la menor con malograr su reputación si le contaba a alguien lo que había hecho. Asimismo afirmó que Sarah se sometió, nunca consintió la relación sexual.

Según la madre de Sarah, su hija se paralizó cuando se dio cuenta de las macabras intensiones de su ‘amigo’. ‘Pensó que era demasiado tarde y que no tenía derecho a resistirse’, dijo a Madiapart.

Este caso se asemeja mucho al deque violó a una menor de 15 años con retraso mental. El argumento del letrado fue que la víctima no gritó, por lo tanto que no se resistió al abuso.

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