POR: MIGUEL RAMÍREZ / Periodista de investigación

, la lideresa de , pretendió convencer a cuatro congresistas para que abandonaran la agrupación de su hermano , revelaron a este columnista fuentes allegadas al .

Ella misma, y en algunos casos a través de sus asesores, se comunicó con los parlamentarios ‘kenjistas’ Estelita Bustos, Clayton Galván, Guillermo Bocángel y Lisbeth Robles, a quienes les ‘quiso ablandar sus corazones’ y ‘les pidió priorizar la unidad partidaria’.

Las conversaciones –siempre según las fuentes– se produjeron con profusión el martes pasado, apenas el comité de disciplina de FP a Kenji Fujimori, y .

La estrategia de Keiko y sus asesores era, primero, expulsar a los tres congresistas más radicales, para luego convencer a los siete restantes a continuar con ellos. Les ofrecieron archivar las investigaciones que dos de ellos tienen en la Comisión de Ética y darle importancia a sus proyectos de ley, generalmente ninguneados.

Apenas fue expulsado, Kenji anunció que al día siguiente, miércoles, junto con sus nueve legisladores de Fuerza Popular, liderada por su hermana Keiko.

Lo que ocurrió entre esos dos días es de película. El martes por la noche, Keiko tenía la seguridad de que sus conversaciones habían surtido efecto en los cuatro congresistas con los que se había contactado. En efecto, sus parlamentarios de confianza, y , se mostraban confiados públicamente de que, por lo menos, dos de ellos desertarían.

Pero el suspenso acabó el miércoles cuando Kenji y sus nueve ‘avengers’ renunciaron irrevocablemente a la bancada de FP, que se redujo a 61 legisladores, dejándola sin la mayoría absoluta que tenía y controlaba de manera autoritaria el .

Siempre según estas fuentes, Kenji tendría el ofrecimiento de hasta cinco congresistas más para pasarse a sus filas. Pero a varios de ellos, una llamada ‘unidad de investigación’ del partido les ha detectado y reavivado procesos judiciales antiguos, cometidos antes de ser congresistas, y en otros casos se les ha sembrado pruebas para perjudicarlos.

Ese grupo de investigación –de acuerdo a la versión recogida– lo dirigiría un periodista que trabajó en varios canales de televisión. Estaría integrado por expolicías en retiro, que arman files de los parlamentarios y enemigos políticos, que luego filtran a la prensa.
Un vocero oficial del fujimorismo, a quien llamamos, dijo: “Eso es absurdo. Ni siquiera tenemos dinero para armar una oficina de prensa”.

En las últimas semanas, preocupada por más deserciones, Keiko les está dando importancia a los congresistas provincianos de su bancada, cosa que casi nunca hacía.

Según las mismas fuentes, los diez legisladores disidentes ya no aportarán el 10 por ciento de su sueldo al partido, a lo que fueron obligados el mismo día que fueron electos. Esta bronca está que quema. Nos vemos el otro martes.

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