Keiko Fujimori (USI)
Historias Nunca Contadas

Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación

El viernes pasado, a las 6 de la mañana, en su primer día de encierro, recibió un recipiente con tres litros de agua caliente: ‘Los puede utilizar para bañarse o guardar para tomar’, le dijeron. Decidió por lo primero. Los mezcló con el agua helada de la ducha. Miró a todos lados. Estaba completamente sola. Aquel será el día más inolvidable de su vida.

Ni en su peor pesadilla, la lideresa de Fuerza Popular se vio presa en la misma celda donde estuvo su enemiga política, Nadine Heredia, en el penal de Chorrillos.

Un agente especial de ese centro penitenciario contó a este columnista que la celda mide cinco pasos de largo por tres de ancho, que incluye un pequeñísimo baño y una ducha. Está a la entrada del penal en una zona llamada ‘prevención’.

En ciertas ocasiones, estar en esa celda es una tortura. Ocurre cuando llegan las nuevas reclusas, que son llevadas a un ambiente que está a su costado. Allí pernoctan hasta el día siguiente a la espera de ser clasificadas y enviadas a sus respectivos pabellones.

Los llantos, los gritos y las broncas de las nuevas presas en su primera noche, son para volverse loco. Algunas no pueden contener sus necesidades fisiológicas y el mal olor invade ambos ambientes.

De acuerdo con la fuente, en julio del año pasado, cuando Nadine Heredia fue recluida, el cuarto era casi inhabitable. Las mayólicas del piso y la pared de la ducha eran un asco, llenas de sarro. Todos los días, la exprimera dama se dedicaba a desaparecerlo con un cepillo de dientes y ácido muriático, hasta que lo logró.

La celda no tenía privacidad. La puerta es de barrotes y las reclusas se acercaban para mirar o hacer conversación, hasta que Heredia les puso unas micas para impedir el contacto directo. La cama es de cemento y el colchón no tiene resortes.

El desayuno consiste en una taza de avena con manzana, dos panes con manjar blanco o hot dog y un huevo duro. El almuerzo es magro y en la noche te dan una manzanilla, una fruta o un bizcocho duro.

Antes de irse, la misma Heredia pintó las paredes de crema y los zócalos de color ladrillo. Quedó hasta acogedor, sin imaginar quién sería su sucesora.

A diferencia de Nadine Heredia –quien recibía la visita de sus familiares dos veces a la semana y contaba con apenas 10 minutos para hablar por teléfono con sus tres menores hijos–, Keiko Fujimori recibe, en cualquier momento del día, la visita de sus congresistas.

¿Qué conversan en esas horas? Keiko fue enviada a prisión por obstaculizar la justicia con sus parlamentarios, como quedó evidenciado en el chat ‘La Botica’. Por eso, muchos se preguntan: ¿No estará haciendo lo mismo en esas continuas reuniones en su celda? Nos vemos el otro martes.

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