Actualmente, ante la coyuntura económica y política en que nos encontramos, a lo que se suma la pandemia del , las empresas se han visto obligadas a reinventarse, a cambiar y a ser resilientes para conseguir sus objetivos.

Fuente a ello, José Antonio Espinoza, profesor e investigador de los programas MBA de Centrum PUCP, destaca que la necesidad más apremiante en toda organización: es fomentar un liderazgo cuyo poder se sustente en la persuasión, no en la coacción.

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Precisa que se puede construir así una cultura sana, positiva y sostenible, con la capacidad de mover hacia comportamientos consistentes y obedeciendo a valores ampliamente compartidos.

La clave se encuentra en poner en marcha en la organización tres aspectos que traspasen todo proceso, toda decisión, toda acción: racionalidad, emocionalidad y moralidad.

Destaca que, para la formación de una cultura saludable, esta depende de un liderazgo que se sustente en la persuasión. Esto es, en el convencimiento genuino para que el grupo siga a ese liderazgo y lograr la visión prometida.

Los resultados que se obtengan en ese proceso irán a su vez moldeando la cultura. Moldear la cultura significa que todos compartan, se respeten y vivan un conjunto de valores comunes, visibles, auditables.

Espinoza indica que para persuadir hacia esos comportamientos en tu organización se debe entender e incorporar tres conceptos claves, conceptos que vienen desde Aristóteles.

1) Racionalidad: Se debe saber presentar argumentos lógicos, reconocer los inevitables sesgos cognitivos, cuidarse de las falacias, esto es, practicar un pensamiento crítico. Esto se hará tangible en las formas de encarar un problema, en la toma de decisiones y hasta en la anhelada ‘transformación digital’.

2) Emocionalidad: Se deben reconocer y gestionar las emociones, o más ampliamente, los eventos afectivos. Comenzando quizás con lo que se denomina la ‘labor emocional’. Se llama así al esfuerzo que tenemos que hacer al ejecutar un servicio para mostrar al cliente una expresión amable, a contener posibles reacciones de fastidio o de justa contrariedad. También la emocionalidad está presente al buscar el bienestar y la felicidad. Hoy en día el manejo de la afectividad, de emociones, sentimientos y estados de ánimo es lo más importante en cualquier organización, incluyendo a la familia.

3) Moralidad: Se deben seguir los valores escogidos, y su correlato, los principios, y así tener presente la moral y la ética.

En general son las creencias que ponemos en acción al considerar lo que es correcto o incorrecto. La moralidad expuesta y vivida, a su vez fundamenta, la confianza de los liderados hacia quién pretende dirigirlos. (Con información de Andina)

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