Hace 15 años se conocieron en la Universidad del Callao, donde estudiaban, y se juraron amor eterno. Pero todo terminó en tragedia. Envuelto en sábanas y con los pies y manos atados con soga, fue hallado ayer el cadáver de una comerciante, enterrado en una fosa de 30 centímetros de profundidad, en el jardín de su antigua casa, en .

El macabro hallazgo ocurre casi seis meses después de que Magaly Soria Juan de Dios (39) fue reportada como desaparecida. Su exconviviente Jonathan Cervantes Pérez (33) era sospechoso.

Este se presentó el último jueves en el Depincri de Lurin y confesó que en mayo último asesinó a la madre de su hijo, la enterró y tapió con cemento en el jardín de su vivienda, en la Asociación Huertos de Manchay, Sector R, lote 3, adonde acudió ayer con la policía.

“Ya no podía con el remordimiento, soñaba con ella. La asfixié con una almohada en mi habitación y la arrastré al jardín. La cité para hablar de nuestro hijo, pero insistía en retomar la relación y la ataqué”, contó el trabajador de jardinería a la policía.

PROBLEMAS MENTALES

El jefe del Depincri Lurín, comandante PNP Luis Huamán, señaló que “se investiga si solo Cervantes cometió el asesinato o alguien lo ayudó. Tuvieron intimidad, luego discutieron hasta que la mujer terminó asesinada”.

Contaron que el agresor, cuando convivía con Magaly Soria, tenía una relación paralela con otra mujer, con la que se casó. Esto afectó bastante a Magaly, quien era una mujer tranquila.

“El 2015 la internaron en una clínica por depresión y otros trastornos. Se recuperó y consiguió trabajo como profesora. También vendía abarrotes en el mercado”, dijo su amiga Zenaida López.

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