En menos de semana otro empresario es víctima de las ‘peperas’. El empresario ferretero Richard Alex Morales Flores (47) ingresó con una misteriosa mujer, de unos 50 años, a un hostal, y horas después, fue hallado ‘pepeado’ y sin vida en una habitación del hospedaje, en . Allegados al hombre de negocios indicaron que él cobró una suma de dinero y luego desapareció.

La tarde del domingo, Richard Morales, se despidió de una de sus trabajadoras y le dijo: “Ya vuelvo, voy a cobrar al otro local”, y nunca regresó. Horas después ya nadie sabía de su paradero. Según se reportó a las autoridades policiales, el hombre de negocios ingresó a las 11 de la noche al hostal ‘Lima Suit’, ubicado en el paradero 8 de la avenida Las Flores, en San Juan de Lurigancho, acompañado de una mujer, que tendría unos 50 años.

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El empresario ferretero Richard Alex Morales Flores (47) ingresó con una misteriosa mujer, de unos 50 años, a un hostal, y horas después, fue hallado ‘pepeado’ y sin vida en la habitación.
El empresario ferretero Richard Alex Morales Flores (47) ingresó con una misteriosa mujer, de unos 50 años, a un hostal, y horas después, fue hallado ‘pepeado’ y sin vida en la habitación.

Según informó uno de los empleados del recinto, la fémina salió poco después argumentando que se iría a comprar comida y luego regresaría. Eso jamás ocurrió. La noche del lunes, otros trabajadores ingresaron a la habitación, alarmados porque el hombre no salió, y lo hallaron sin vida. De inmediato comunicaron del hecho a la policía de la comisaria de Caja de Agua.

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Los agentes llegaron al hospedaje con el fiscal de turno y se hicieron cargo de las investigaciones. Luego llegaron los peritos de criminalística para realizar las diligencias. Al desafortunado negociante, dedicado al rubro ferretero y matizados de pinturas, le robaron su celular de alta gama, billetera con dinero y documentos.

En la habitación se encontró a la víctima sobre la cama, sobre una mesita fue encontrada una botella con restos de agua, que fueron recogidos por los peritos para ser analizada, pues se cree que la misteriosa fémina haya colocado un poderoso somnífero en el contenido para dopar al hombre y enseguida robarle todo lo que tenía.

El caso es investigado por los policías del Departamento de Investigación Criminal San Juan de Lurigancho 2, quienes ya tendrían los videos de las cámaras de seguridad del local donde se registra el ingreso de la pareja y sobre todo la salida de la mujer.

La víctima vivía también en San Juan de Lurigancho y deja en la orfandad a tres hijos. Sus parientes llevaron sus restos a su tierra natal, Huaraz, para darle cristiana sepultura.

Hace menos de una semana, una exuberante venezolana, ‘pepeo’ y robó dinero, joyas y otros enseres a un empresario, al que llamaban el ‘Rey de los Gallos’, en Santa Anita.

Otro empresario ‘pepeado’

Cayó en una trampa maldita. El empresario gallero, Julio César Aguirre Alegría (46) se convirtió sin querer en un blanco fácil y acabó muerto a manos de la delincuencia. Él ostentaba una vida de lujos y despilfarro con bellas mujeres extranjeras y acabó ‘pepeado’ por una , una colección de relojes, entre otros bienes de su vivienda, en .

Julio Aguirre Alegría, llegó a las 5:30 de la tarde acompañado de la bella joven venezolana, a bordo de su auto negro con lunas oscuras de placa BPY-004, a la mz. C en urbanización Villa Santa Anita. Él llevaba una bolsa con sixpacks de cerveza y subieron coquetamente al departamento del hombre de negocios, ubicado en el cuarto piso. En los pisos inferiores vive la familia de él y no se percataron del hecho porque la víctima subió por una escalera independiente.

Allí empezaron a tomar algunas latas de cerveza y él hasta se atrevió a tomarse un ‘selfie’ con su guapa acompañante y enviarle la foto a su selecto grupo de amigos, con quienes comparte la afición a la crianza de gallos. En medio de las bromas y brindis con latas de cerveza, ella lo ‘pepeo’ con un poderoso somnífero suficiente para dormirlo en tan solo unos minutos. Una hora más tarde, dos jóvenes, también venezolanos, ingresaron sin problemas hasta el cuarto piso y se encargaron de amarrar con cinta de embalaje los pies y las manos hacia adelante al hombre de negocios. Enseguida y como si fuera un paquete, le envolvieron toda la cabeza con la misma cinta y lo dejaron sobre la cama. De esta manera murió asfixiado.


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