“El expresidente sacó un arma la noche que entró en esta sala. En una reacción inmediata le pegué un grito: ‘¡En esta casa, no!’, le pedí y me entregó el revólver. Y allí están los testigos, los emisarios”.

Esta impactante revelación la hizo el exembajador uruguayo en el Perú, Carlos Barros, en una entrevista que concedió a su amigo, el reconocido periodista Ricardo Sánchez Serra.

En el reportaje, publicado en el diario ‘Expreso’, Barros contó detalles desconocidos de los días que el exmandatario pasó en esa sede diplomática. Como se sabe, el líder aprista ingresó el 17 de noviembre del 2018 para solicitar asilo político al entonces presidente uruguayo, Tabaré Vásquez, recientemente fallecido.

García buscaba burlar las investigaciones sobre los sobornos que recibió de la empresa brasileña Odebrecht.

Barros rechazó las falsas informaciones que aseguraron que él mismo, en su vehículo de lunas polarizadas, recogió a García y lo llevó a la embajada.

“Eso lo inventaron los periodistas y algún congresista (aprista) que no tiene proyección por su vulgaridad”, dijo.

Narró que en la tarde de ese día recibió la visita de un emisario de García, “un calificado diplomático”, quien le expuso las pretensiones del exmandatario. Luego se sumaron otros representantes, congresistas y el secretario privado de Alan García. Uno de ellos fue a recogerlo y lo llevó a la embajada.

“Se asegura que el presidente Tabaré Vásquez le ofreció asilo y por eso García fue a su residencia”, le preguntó el periodista.

Barros respondió: “¡No. Lo niego a gritos! El presidente García habla con el presidente Vásquez el domingo 18 a las 8 de la mañana. Primero yo hablé largo con Tabaré. Después le pasé el teléfono al presidente García. Estuve con él todo el tiempo que hablaron. Sé todo lo que se habló. El presidente Vásquez le dijo todo lo mismo que le dije yo, y que Vásquez me había dicho a mí: que el Uruguay iba a estudiar su caso. No hubo ningún tipo de promesa. Y no hubo otra conversación”.

Lo dicho por el embajador desmiente rotundamente la falsa versión de los dirigentes apristas, quienes aseguran que Vásquez le ofreció el asilo a García, pero luego desistió por “las fuertes presiones”.

El incidente ocurrido con Alan García y su revólver en la residencia uruguaya es un claro indicio de que el líder aprista estaba dispuesto a quitarse la vida para evitar ser juzgado. Cinco meses después, con la misma arma, se mató con un balazo en la sien.

La entrevista al embajador Barros, quien ya volvió a su país, es la única que ha concedido a un periodista. Merece ser leída en su totalidad, pues también narra hechos dolorosos que afectaron a su propia familia.

Como bien decía Henri Charrière, en su inmensa obra ‘Papillón’, “solo los hombres valientes se atreven a contar su propia historia”. Nos vemos el otro martes.

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