Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación

Hace unas semanas, los congresistas fujimoristas pusieron el grito en el cielo cuando el caricaturista ‘Carlín’ ironizó a la parlamentaria Rosa Bartra con ropa sadomasoquista castigando al premier Salvador del Solar. Le dijeron de todo.
Lo mismo ocurrió hace unos días, cuando la también fujimorista Yeni Vilcatoma amenazó con denunciar al congresista Francesco Petrozzi por calificarla como “la Gisela Valcárcel del siglo XXI”, en alusión a la exitosa animadora de televisión.

Petrozzi tuvo que pedir “humildes disculpas”.
Sin embargo, ningún fujimorista ha protestado por el maltrato perpetrado por la congresista de su bancada, , contra las profesoras Patricia Gastulo y Jessica Simón, exfuncionarias del Ministerio de Educación.

Ambas fueron citadas por Salazar, quien “investiga” a los responsables de los errores que hubo en algunos contenidos de los textos escolares. Una investigación que, para muchos, es otra pérdida de dinero y tiempo.

Salazar le preguntó a Gastulo sobre los “errores y horrores” de dichos textos, a lo que la profesora le respondió, con respeto, “¿a qué material específicamente se refiere?”.
La congresista entró en trompo. “¡Yo le estoy haciendo las preguntas y usted tiene que responder!”, le gritó.

Después le inquirió a Simón sobre los nombres y apellidos de los responsables de las aéreas de coordinación de los materiales educativos. La profesora le dijo que eran como 18 personas y le podría entregar luego un informe.
“Nos hubiese gustado que fuera más proactiva y que entregue el informe ahora”, le reprendió Salazar. “Hubiese podido”, le cortó la profesora. Salazar se volvió una energúmena: “¡Disculpe, no le he dado la palabra. La dinámica es que yo pregunto y usted responde!”.

“Me permite, por favor, solo para aclarar”, le imploró Simón. Salazar le negó la palabra: “¡No le permito!”, vociferó furiosa, cual comisaria del Kremlin soviético.

Sentí como si estuvieran humillando a mis dos hermanas profesoras, que se rompen el lomo trabajando por un sueldo modesto, muy lejos de los S/ 26 mil que se embolsica mensualmente esta prepotente congresista.

Antes de ser parlamentaria, Salazar era una desconocida y gris enfermera. Se ha hecho conocida, no precisamente por su labor parlamentaria, sino porque compite frenéticamente con sus colegas de bancada Karina Beteta, Héctor Becerril y Rosa Bartra, en quién lanza los peores insultos.

El año pasado, en un chat de su bancada llamado ‘La Botica’, escribió que el presidente Martín Vizcarra era un “malnacido” y “traidor”. Cuando fue descubierta, dijo que lo escribió “con el hígado”, pero nunca pidió disculpas.

Salazar apoyó para que se repusieran a 10 mil directores y subdirectores que no aprobaron sus evaluaciones. También maltrató a la aeromoza que sufrió tocamientos indebidos del fujimorista Moisés Mamani. Y hace unos días “campeonó” afirmando que “con buenos textos escolares ya no necesitamos profesores”.

Aunque ya nada sorprende de este Congreso, esta es la presidenta de la Comisión de Educación, ¿qué les parece? Nos vemos el otro martes.

* Los artículos firmados y/o de opinión son de exclusiva responsabilidad de sus autores.

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