Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación

“No tienes ni idea de quiénes son mis amigos”, me dijo , ‘Lunarejo’, una fría mañana de octubre de 1995. Luego me llevó a un ambiente en el local de su compañía Aerocontinente. Había un televisor inmenso. Lo encendió y puso una cinta de video. Lo rodeaban -trago en mano- magistrados, fiscales, militares, policías, empresarios y conocidos periodistas.

“Estos son mis amigos, Ramírez”, alardeó, mismo Al Capone, el famoso gánster estadounidense que tenía en su planilla de pagos a importantes autoridades.

Aquella vez lo fui a entrevistar antes de publicar una larga investigación que habíamos hecho en El Comercio. Descubrimos que no era el exitoso empresario aerocomercial como se pintaba, sino un narcotraficante de alto vuelo que había empezado a traficar desde que tenía 19 años.

Esas amistades se acabaron el año 2005, cuando fue condenado a 20 años de prisión por narcotráfico, debido a su relación con un cargamento de 3.5 toneladas de cocaína, incautadas en 1995.

Según fuentes antidrogas, ya en prisión, ‘Lunarejo’ empezó a tejer nuevas redes de contactos, esta vez a través de su hermana Lupe. Tenía que enfrentar un nuevo juicio, esta vez por lavado de dinero que involucraba a sus familiares.

Le fue mal. El año pasado, una sala superior lo sentenció a 27 años de prisión. Ordenó el encarcelamiento de toda su familia, empezando por su madre de 85 años y su hermana Lupe, quien llegó a la audiencia para escuchar la sentencia.

De acuerdo a fuentes judiciales, Lupe estaba confiada de que sería absuelta. “¿Cómo está doctora?, se le ve muy bien”, le dijo, sonriendo, a la impecable procuradora antidrogas Sonia Medina, antes de la audiencia.

Pero algo le falló. Le avisaron que la sentencia le era adversa y ordenarían su detención. Lupe se escabulló de la sala y escapó. Nadie la encuentra hasta ahora.

Desde la clandestinidad, Lupe apeló el fallo y el caso subió a la Corte Suprema. Es obvio que desde su escondrijo, la hermana de ‘Lunarejo’ empezó a mover los contactos que su hermano tejió en los órganos de justicia. Y al parecer, estos habrían funcionado.

EL ESCÁNDALO. La semana pasada, el programa Cuarto Poder reveló que, mientras la pandemia nos tiene en vilo a todos los peruanos, el fiscal superior Víctor Raúl Rodríguez Monteza, pidió que se anulara la condena y el proceso volviera a fojas cero. Rodríguez, como se sabe, tiene un pie puesto en la calle por sus vínculos con la organización de jueces corruptos de ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’.

En su resolución, Rodríguez hace un ‘copia y pega’ de los argumentos de los abogados de ‘Lunarejo’.

La Corte Suprema deberá dar su veredicto en los próximos meses. ¿Qué buscan los Zevallos para obtener un fallo a su favor? Si el caso se vuelve a reiniciar, Lupe y toda su familia quedarán libres y, posteriormente, podrán demandar la devolución de sus bienes incautados.

DINERO SUCIO. La fortuna de ‘Lunarejo’ y su familia es incalculable. El año 2008, le incautaron propiedades por un valor de US$8 millones y una cuenta de US$9 millones que tenía en Panamá.

“Eso no es nada, es apenas un rasguño. Zevallos es un capo de capos”, me dijo una fuente de la DEA en Lima cuando se dio a conocer esa noticia. En efecto, ‘Lunarejo’ es el único narco peruano que figura en el Kingpin Act, la lista que elabora Estados Unidos con los narcotraficantes más poderosos del mundo.

Tenía cuentas millonarias en Gran Caimán, Islas Vírgenes y en otros paraísos fiscales, y también propiedades en el propio EE.UU. “Tenía varias caletas, lugares secretos, donde escondía dinero en efectivo”, aseguran fuentes antidrogas.

TODD SMITH. ‘Lunarejo’ cumplirá su condena el año 2025, pero apenas esté por salir será extraditado a EE.UU, donde debe responder por varios delitos, entre ellos el asesinato de Todd Smith, el joven periodista del diario ‘Tampa Tribune’, de Florida.

Según las investigaciones, en 1989 Zevallos y otros narcotraficantes que operaban en Uchiza -la capital de la droga en ese momento y a donde el reportero había llegado- ordenaron su asesinato.

El periodista, de apenas 28 años, logró captar fotos de embarques de droga y laboratorios.

Antes de morir, Smith recibió golpes y patadas por todo el cuerpo, fue torturado, le quebraron la nariz y las costillas y luego fue estrangulado con una soga.

‘Lunarejo’ tiene aún mucho que responder en esta vida. Nos vemos el otro martes.

Los artículos firmados y/o de opinión son de exclusiva responsabilidad de sus autores.

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