POR: MIGUEL RAMÍREZ / Periodista de investigación

Muchos han celebrado que el presidente Pedro Castillo haya sido echado de Perú Libre (PL) por Vladimir Cerrón. “Vladimir ya le bajó el dedo”, dicen. Eso, sin embargo, está lejos de la verdad. Vladimir Cerrón y Castillo son hermanos siameses que jamás dejarán el poder que, ni en sus fantasías más alucinantes, imaginaron tener nunca.

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Se distanciarán, se meterán pullas, pero cuando un nuevo pedido de vacancia presidencial se plantee se unirán en un solo puño. Unos despistados dijeron que el huancaíno ya había conversado con Dina Boluarte para reemplazar al profesor.

El sábado, Cerrón puso las cosas en su sitio: “Perú Libre no tiene ninguna intención de inhabilitar, suspender o vacar a Pedro Castillo”, y desmintió haberse reunido con Boluarte.

Cerrón y Castillo solo quieren el poder para enriquecerse. Cerrón robó cuando fue gobernador de Junín y Castillo es acusado de liderar una banda criminal.

Este columnista coincide con la opinión de varios analistas, según la cual Cerrón pretende volver a tomar el control del gobierno y someter otra vez al mandatario, para que le devuelva varios ministerios que ha perdido. Especialmente el de Energía y Minas, en donde había colocado a sus hombres de confianza para afectar a la gran minería.

Cerrón está, nuevamente, en capacidad de chantajear al presidente y ponerlo contra la pared para salvarlo de su vacancia y una inmediata reclusión preventiva.

Al margen de esta trifulca invernal, el chotano ha quedado como un traidor político. Es, en esencia, un dirigente radical mañoso. Ni bien llegó al gobierno, en las propias narices de su mentor Cerrón, se dio el lujo de formar dos partidos para quebrar a Perú Libre: el Partido Magisterial y Popular (PMP) y el Partido Como Tú (siglas de su propio nombre: Pedro Castillo Terrones).

Ambas agrupaciones las creó en el mismísimo Palacio de Gobierno, en donde sostenía reuniones con sus seguidores hasta altas horas de la noche. Allí está el registro de visitas.

Con ello consiguió dividir en el Congreso a la poderosa bancada de Perú Libre. ¿Cómo Castillo, un hombre huidizo e inseguro que no hilvana oralmente una sola idea, logró esa proeza personal? Al respecto, la congresista oficialista Margot Palacios dio una respuesta que pocos le han dado una real importancia. “Varios congresistas de Perú Libre han contado que Castillo les ofreció ministerios para renunciar a la bancada”, declaró el miércoles a radio Exitosa.

Con esa revelación vale preguntarse, ¿si a sus camaradas de partido les ofreció ministerios, qué les dio a los congresistas de Acción Popular, que él llamaba ‘Los Niños’, para que lo defiendan con uñas y dientes para permanecer en el poder? Las investigaciones fiscales lo determinarán.

Castillo ha hecho lo mismo que hacía el siniestro Vladimiro Montesinos, quien convencía a congresistas opositores para pasarse al fujimorismo, a cambio de sobornos. Palabra de maestro. Nos vemos el otro martes.

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