Por: Miguel Ramírez (Periodista de Investigación)

A inicios de febrero de este año, los agentes del penal de ‘Piedras Gordas’, en Ancón, se quedaron sorprendidos cuando vieron llegar a las 7 de la mañana a la congresista fujimorista .
De la sorpresa pasaron al asombro cuando se enteraron que. ¿Qué hacía Vilcatoma, quien se ufana de luchar contra la corrupción, visitando a un preso a quien ella misma, cuando fue fiscal, lo acusó de ese delito?

El destape lo hizo la Unidad de Investigación del diario ‘El Comercio’. Según la denuncia, Vilcatoma visitó a Martín Belaunde hasta en ¡cuatro oportunidades!: el 18 y 24 de febrero, el 3 de marzo y la última visita no fue registrada. En una de ellas, la del 3 de marzo, se registró su ingreso a las 7:50 de la mañana, pero no figura la hora de salida. ¿Por qué será?

“Por el momento voy a guardar la reserva”, dijo la congresista cuando el diario le pidió una explicación de sus insólitas reuniones con dicho reo.

Belaunde, como se sabe, era lobista de empresas constructoras para ganar obras en los gobiernos regionales durante el gobierno del expresidente Ollanta Humala, de quien fue su asesor durante la campaña que lo llevó a la presidencia.

Para varios entendidos, el proceder de Vilcatoma –quien además es la tercera vicepresidenta del Congreso– es una clara interferencia al trabajo del fiscal Elmer Chirre, quien investiga a Martín Belaunde desde el 2011. “Nosotros no sabíamos nada de esas visitas”, dijo a este columnista un vocero de ese despacho.

Lo que resulta sintomático es que, luego de esas reuniones, Vilcatoma denunció a Marcelo Odebrecht y a Jorge Barata –mandamases de la empresa Odebrecht– por el caso del Gasoducto Sur Peruano (GSP).

Los acusó de no haber dicho la verdad en ese megaproyecto, en donde ellos mismos han declarado no haber entregado soborno alguno. Resulta evidente que Vilcatoma pretende afectar el convenio de colaboración suscrito entre la empresa brasileña y la fiscalía que investiga el caso Lava Jato, donde están implicados seriamente su jefa Keiko Fujimori y el exmandatario Alan García.

Belaunde no es una persona fiable. Desde hace tiempo pretende ser colaborador eficaz, pero nada de lo que ha dicho lo ha podido probar. Muchas de sus declaraciones tienen un ánimo de venganza contra sus antiguos socios y amigos, pero también perjudica a gente inocente.

Lo que más llama la atención es que Belaunde está preso en el mismo pabellón con su exsocio César Álvarez, José Luis Cavassa y Walter Ríos, estos dos últimos vinculados a la red de ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’.

“Es como tener juntos a Pablo Escobar, el ‘Chapo’ Guzmán y Vladimiro Montesinos”, dijo una fuente policial. ¿Qué criterios utilizan las autoridades penitenciarias para tener juntos a todos estos facinerosos? Nos vemos el otro martes.

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