Desde que empezó el programa ‘Volver a casa’ de la , más de 500 personas, que vivían en las calles, han regresado con sus familias.

“Antes de llevarlos a un albergue tratamos de contactar a sus parientes. La idea es que vuelvan con sus seres queridos y disfruten del calor de hogar. Muchos de ellos no quieren nuestra ayuda. Los comprendemos, pero insistimos porque sabemos que en algún momento aceptarán cambiar de vida. Sería bueno que los demás municipios ejecuten este proyecto en sus zonas”, indicó Roxana Alvarado, representante de la iniciativa social.

BONITO FINAL

Una de las personas beneficiadas es Ysabel Pesantes (61), quien vivió en las calles del centro de Lima por más de 20 años y que para trasladarse se arrastraba en una carreta de madera. Ahora ella está alojada en el albergue Rosario María Araoz, donde recibe atención médica, psicológica y rehabilitación física. Además, ya se le colocó la primera dosis de la vacuna contra el Covid.

“Fue muy duro su caso. Tiene quemaduras en el 70 % de su cuerpo, por eso, sus músculos están atrofiados y no puede caminar. Por mucho tiempo se resistió a nuestro apoyo, pero al final aceptó ser trasladada a un albergue. Han pasado tres meses y ahora su actitud es otra, está tranquila y feliz”, contó Alvarado.

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Pediatra se ha convertido en el ángel de los niños que están en el área UCI

Médico trabaja en el Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña y en ningún momento ha parado, sigue en pie de lucha contra la pandemia por sus pequeños pacientes.

. Hace unos días se cumplió un año del inicio del debido al coronavirus en nuestro país. En este tiempo hemos sido testigos de la gran labor que realizan los médicos que atienden a miles de personas infectadas por el temible virus. Uno de ellos es Eduardo Sánchez Chacaltana, pediatra intensivista que trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña.

Por su edad, 65 años, este médico estaba considerado dentro del grupo de riesgo. Sin embargo, siguió atendiendo a los niños que llegaban a su área, ya sea por o algún otro mal. “Soy pediatra hace 35 años. Me dijeron que ya no debía trabajar porque corría el riesgo de contagiarme. Me rehusé porque no podía dejar a mis niños a su suerte en la UCI. Más bien tomé con mucha rigurosidad todas las medidas de protección y seguridad. Debía protegerme por mí, por mi familia y por mis pacientes”, contó este noble y dedicado médico.

Uno de sus mayores temores era llevar el virus a casa. “Es difícil llegar a casa y mantener la distancia. Pero debía hacerlo. Han sido meses muy duros para todos”, expresó. Quien sí siguió su legado fue su hijo mayor, quien es médico anestesiólogo y ahora también se encuentra en la primera línea de atención del Covid en un hospital de Lima.




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