Hace más de cuatro décadas se estrenó “” (“Little House on the Prairie” en inglés), una serie televisiva que se convirtió en una de las preferidas del público, que no se perdía ningún capítulo a lo largo de sus diez temporadas. Si bien, se basó en las novelas de Laura Ingalls Wilder, quien narra cómo es la vida en la frontera occidental y septentrional norteamericana del siglo XIX, esta ficción de antaño no sólo es recordada por la audiencia de los 70 y 80, sino por generaciones posteriores que vieron las repeticiones.

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Estuvo dirigida y producida por Michael Landon, quien también fue el protagonista interpretando a Charles Ingalls. En la trama, él junto a su esposa Caroline se trasladan a Walnut Grove, Minnesota, en busca de una comunidad mejor y de prosperidad para vivir; es así como se instalan en una pequeña granja, lugar donde crían a sus tres hijas: Mary, Laura y Carrie.

Además del papel que cumplieron los actores adultos, los más pequeños también hicieron un gran trabajo, por el cual son recordados hasta la actualidad. Debido a que la serie duró cerca de nueve años, para que las grabaciones fueran amenas y no agotadoras, Michael Landon hacía de las suyas en el set para mantener alerta a todo el equipo. Para ello, se valía de todo.

Al reconocido actor le gustaba ver que todos los miembros del elenco se sientan bien durante las grabaciones, incluso en los momentos de descanso. (Foto: NBC)
Al reconocido actor le gustaba ver que todos los miembros del elenco se sientan bien durante las grabaciones, incluso en los momentos de descanso. (Foto: NBC)

SE METÍA RANAS VIVAS A LA BOCA

Con el propósito de mantener a los niños más comprometidos para el rodaje, él hacía varias bromas que buscaban su atención; es así como siempre se le ocurría algo nuevo, pero lo común en él era jugar con ranas vivas.

Según recuerda Lindsay Greenbush, quien daba vida junto a su gemela a la pequeña Carrie Ingalls, ellas se unían a las bromas del protagonista. “[Todos los niños] solíamos cazar ranas en el arroyo y se lo llevábamos a Michael Landon. A él no se le ocurrió mejor idea que metérselos en la boca. No sólo eso, ya que luego caminaba hacia la gente, abría la boca y la rana saltaba. Todos se asustaban”, publicó .

Señaló que si bien todo era extremadamente divertido, cuando llamaban para grabar una escena, el juego acababa y debían trabajar profesionalmente, pese a la edad que tuvieran.

Pero esa no era la única forma de que Landon sacase una sonrisa a los demás, pues en varias ocasiones encontraba formas de distraerlos. De acuerdo con , el histrión divertía a los niños con piojos imaginarios; es decir, él fingía que había piojos en el cabello de Gilbert tras una escena y cuando acababan de filmar, le sacaba estos pequeños insectos de su cabeza, algo que sacaba muchas carcajadas.

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