ALFREDO, MÁS PAN CON CHICHARRÓN
Alfredo Gonzales no necesita presentación. Polémico, burlón, ‘cachoso’, criollo, un ‘blanco’ con calle y parte de la historia de . Siempre vivió los clásicos a su estilo, sobre todo cuando entró atrevido a Matute con papel higiénico en la mano. Pero un día casi no la cuenta. La ‘U’ debía ir a La Victoria, las medidas de seguridad fueron extremas, el plantel llegó en portatropas y al expresidente crema no le quedó otra que subirse al vehículo.

Todo estaba calmado hasta que un guardaespaldas soltó un comentario: “Las piedras no nos hacen nada, pero en una emboscada nos tiran gasolina, prenden el carro y morimos quemados”. El ‘Gordo’ se loqueó, quiso bajarse, pero era demasiado tarde. Estaban a solo unos metros del estadio aliancista. Esa tarde el equipo ganó. El festejo en el camarín fue bullicioso, Alfredo estaba en otra. En su cabeza revoloteaba una frase: “Nos emboscan y prenden el carro”. Con uno de su seguridad armaron un plan de escape. “Llama un taxi, salimos por Abtao y les sacamos la vuelta”.

Pero a pesar de eso, fue reconocido por los rivales, le lanzaron piedras y el vehículo aceleró al estilo de ‘Rápidos y furiosos’. Despistaron al enemigo y a Gonzales le dio hambre del susto. Pararon por Balconcillo por un pan con chicharrón. “Ya no pasa nada con eso, hue... Les gané en su casa”, dijo con una risa socarrona. Se sentaron a comer y de pronto aparecieron 50 barristas. Lo reconocieron: “¡Gallina, te vamos a matar...!”. El taxista subió volando al auto, el seguridad empujó al ‘Gordo’ y ambos se metieron con el vehículo en movimiento. Los ‘grones’ los siguieron en motos. Alfredo le gritó al seguridad: “¡Saca el ‘fierro’ que nos matan!”. La respuesta lo dejó frío: “No traje el arma”. El chofer aceleró, pero los alcanzaron. El ‘Gordo’ sudaba de los nervios.

De pronto vio un tubo de desodorante negro entre los asientos. Lo tomó, bajó la luna y apuntó a su enemigo: “¡Ahora te mato, cagón!”. El hincha se asustó, creyó que era un revólver y advirtió a sus compinches: “¡La gallina tiene fierro, corran!”. Alfredo los vio alejarse asustados, detuvo el carro, bajó y gritó: “¡Maricones, se corren, se mueren de miedo, toda la vida serán cagones!”. Del infarto pasó a la vida. El terror se convirtió en burla. Por segunda vez, en una misma tarde, le había ‘ganado’ al ‘compadre’. Volvió al auto sacando pecho y se fue comiendo su pan con chicharrón.

UNA ‘RUBIA’ TENTACIÓN
1997 fue un año inolvidable para . Al club le quedó el recuerdo del subcampeonato de la y al preparador físico Mario Mendaña, una anécdota como nunca antes. Los rimenses eliminaron a Vélez y en cuartos de final debían enfrentar al Bolívar. Para el duelo de ida, en La Paz, el técnico planificó una aclimatación en el Cusco. Al quinto día de trabajo, el plantel estaba exhausto. y , a nombre del grupo, pidieron unas horas libres. Mendaña lo negó rotundamente. Todos renegaron. “El profe’ era exigente, dejaba de comer para ver que todos terminen. Luego pasaba por las habitaciones a ver qué hacíamos y revisaba si había alguna botella de licor o comida extra”, rememoró un integrante de la plantilla.

Un día, ‘Ñol’ y ‘Conejo’ armaron un plan para cobrárselas con Mendaña. Le contaron al ‘Mago’ y dio su aprobación. Apenas acabaron de cenar, se fueron a sus cuartos. Eso llamó la atención del PF. Fue puerta por puerta para ver que todo estaba en orden. Llegó al dormitorio de Solano. “Mario, no jorobes. Estamos durmiendo. Nos dejaste molidos, ya mañana nos vemos. Buenas noches”, le dijo ‘Ñol’ sin abrirle la puerta. El uruguayo se puso furioso. “Voy a entrar sí o sí”.

Cuando ingresó vio a ‘Nobby’ echado en su cama y la de Rebosio estaba vacía. “¿Dónde está Miguel...? ¿Se escapó?”, preguntó Mendaña. “No sé. Estará en el baño. No soy su mamá para cuidarlo”, respondió Nolberto. El ‘charrúa’ iba a explotar cuando se escuchó un gemido. “¡Quién está ahí! Si es lo que estoy pensando, te jodés”, advirtió Mario. Entró al baño y en la ducha, la cortina dejó entrever una cabellera rubia que caía por una espalda desnuda. Una voz simulando ser femenina dijo: “¿Quién eres? Me estoy bañando”. Mendaña no aguantó más, tiró la cortina al suelo y se encontró con Rebosio: “Tranquilo profe’, no pasa nada”.

El PF lo agarró del cuello, lo sacó del baño y se encontró con los jugadores y Markarián carcajeándose. “Hijos de p... Vos me venís a hacer esto. Sergio, sos una m... Te prestás para el quilombo”, reclamó Mendaña y salió corriendo. Al día siguiente, el entrenamiento fue más exigente que nunca. El preparador físico no habló y mucho menos sonrió. Cristal perdió en La Paz 2-1, pero en Lima goleó 3-0. En semifinales eliminaron a Racing y en la final cayeron con Cruzeiro. Una Copa doblemente inolvidable.

Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por , , y puedes suscribirte a nuestro newsletter.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC