pagó uno de los precios de vivir como un verdadero profesional del fútbol y lejos de recibir el 2017 con una copa de champán en la mano o de reventar cuetecillos en la puerta de su casa, el delantero del vivió una anecdótica noche de Año Nuevo.

La Navidad para Beto da Silva fue al lado de su familia y de sus amigos, y algunos días de playa al lado de sus ex compañeros, pero el club holandés (Jong PSV) convocó a sus jugadores el 1 de enero pata hoy viajar a Jerez de la Frontera en España para hacer una minipretemporada y el único vuelo que consiguió el delantero brasileño-peruano fue para la noche del 31 de diciembre.

Cuando el reloj marcó las ‘Doce’, Beto da Silva aún estaba sentado en la salsa de embarque del aeropuerto ‘Jorge Chávez’ y desde su cuenta de Instagram contaba a sus amigos lo peculiar de su primera noche del 2017 con una mueca muy poco feliz.

Hoy el delantero de la selección nacional retoma los trabajos con el Jong PSV donde macha en la quinta posición en la tabla de posiciones de la liga Jupilier a nueve puntos del líder VVV Venlo.

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