Carlos Valerio se confiesa con Trome
Carlos Valerio se confiesa con Trome

Siempre se puede empezar de nuevo, renacer para ser mejor. Carlos Valerio fue futbolista profesional en la década de los 90, se retiró y resbaló en un penal. Salió en libertad y ahora es un emprendedor. El momento feliz de un hombre que conoció el sufrimiento.

¿Tu debut con el Sport Boys?

En Colombia, ante Nacional de Medellín (Asprilla, Álvarez, Escobar, Higuita) por la Copa Libertadores del 1992. En ese viaje dormí con ‘Kukín’ Flores.

Estaba chibolito...

Era súper inquieto y esa noche no me dejó descansar. Lo bueno llegó después del 2-2.

¿Por qué?

La rompió, marcó un golazo, festejó en la tribuna donde estaba sentado el tristemente célebre Pablo Escobar y le hizo la bronca al técnico Hernán Darío Gómez. Luego todos se arrancaron de rumba.

¿Saliste?

No. Terminé lesionado.

¿Te quedaste tranquilito en la habitación?

Eso esperaba, pero cerca de las tres de la madrugada apareció Carlos con una ‘colocha’ que parecía una muñeca.

¿Te pidió que te vayas del cuarto?

No le importó y cuando ‘acabó’ me dijo que me tocaba.

¿Fuiste?

La verdad, si estuvo con él, al verme a mí se iba a reír.

Otra de esos tiempos...

Estábamos jugando contra Alianza, nos iban ganando y ‘Chalaca’ me grita desde el banco: “Valerio, dile a ‘Puchungo’ que se haga el lesionado porque lo voy a sacar”.

¿Cumpliste el encargo?

Le avisé: “Te va a cambiar, hazte el que no caminas bien”, y ¿sabes qué hizo?

Dímelo...

Volteó y le gritó: “Oe conc…, eres malo”.

Sigue con las anécdotas.

Viajamos a Huánuco y en la previa del partido con León varios se escaparon. Para variar Marco Charún volvió tarde y apestando a trago.

¿Lo castigaron?

El ‘profe’ Chale solo lo sentó.

¿Cómo siguió la historia?

Perdimos y el zambo otra vez quería hacerla, y con ‘Kukín’ sabíamos que había dejado su pantalón en la azotea del hotel.

¿Qué hicieron?

Subimos, le rompimos la costura y se lo dejamos doblado.

¿Se vengó?

Yo me fui a timbear con ‘Agujita’ Bassa, el futbolista más malo con los números.

¿Y eso?

Nos pusimos a jugar 21 con las cartas, saqué un 12 y después un 8 y lo sorprendí. Ya está: 12 más 8 es 21 y él se ‘rayó’: ‘No seas estafador, tramposo. Es 22’, y me retó: ‘Vamos a mecharnos’.

¿Cómo reaccionaste?

Negro no se mecha con negro, primo, le respondí.

¿Y ‘Mantequilla’?

Miraba la discusión y habló en voz alta: ‘Negro tampoco rompe el pantalón de otro negro’.

Ese equipo del Sport Boys era completito.

Puros ‘bomberos’. Anota: Marco Lovera, Tony Alguedas, los antes mencionados, Martín Ochandarte y otros más.

¿Cómo eran las prácticas los lunes o martes?

Entrenábamos en Fertisa y solo corríamos una sola cuadra, porque después caminábamos.

¿Un dolor irreparable?

La muerte de la madre de mis hijos cuando estaba en ‘Sarita Colonia’. No me pude despedir.

¿Sufriste en la cárcel?

Daba temor, pero encontré varios barristas del Boys que me cuidaron.

¿Cómo va la cebichería ‘Rebalso’?

El nombre es por un amigo que falleció y cuando tomaba vacilaba: ‘Yo me rebalso’.

Un gran abrazo.

Saludos a la gente del Trome y los espero acá en Tahuantinsuyo, mi barrio de toda la vida.


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