Ximena Suárez era una de las azafatas del vuelo 9233 de la compañía LAMIA que llevó al . Ella, una de las seis personas que fue rescatada con vida del accidente aéreo, vive un tormento por la indemnización que no recibe por parte de la aerolínea LAMIA, a casi tres meses de la tragedia en tierras colombianas. ¡Para no creerlo!

"Tuvo que gastar de sus propios recursos y llevar las facturas para que le paguen el tratamiento. Hemos conseguido con trabajos judiciales que la aseguradora pague parte del tratamiento", explicó Carlos Subirana, abogado de Ximena Suárez.

La azafata estuvo internada 21 días luego del accidente aéreo del Chapeocense. Desde ese entonces gastó más de 12 mil dólares. "Estoy ahorita con fisioterapia del tobillo y el cuello. Tengo dolores en la espalda. Tienen que hacerme una cirugía de nariz. Están terminándome los dientes, porque perdí los de enfrente", contó Ximena Suárez a la cadena BBC.

Sobre los gastos médicos, el abogado de la empresa LAMIA, Néstor Higa, contó. "No tiene derecho. De los US$25.000, se sacaron para pagar los gastos en Colombia y el resto se lo dieron". Además, LAMIA se negó a pagar una indemnización ya que Ximena Suárez "no murió en el accidente".

Y como si fuera poco, la azafata, madre soltera de dos hijos, tiene pesadillas todos los días en el que recuerda el accidente aéreo, además de recibir los agravios por parte de la opinión pública, quienes la tildan de "aprovechadora". "Dicen que era mejor que me hubiera muerto, que me estoy aprovechando de la gente de buen corazón, que por qué no me ponía a trabajar".

"Lo que yo quiero es salir de todo esto, terminar mis terapias y ponerme a trabajar. Mi sueño siempre ha sido volar", sentenció Ximena Suárez.

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