sumó un nuevo año para el olvido, luego de rechazar jugar por este 2022 y apostar por el Avaí de Brasil, equipo con el que acaba de perder la categoría sin jugar mucho y sin poder anotar ni un solo gol. El 1 de enero de 2023, muy pronto, cumplirá 39 años y quizá antes deberá decidir qué hacer: seguir jugando profesionalmente, siendo otra vez Alianza Lima la mayor opción junto a o finalmente optar por el retiro.

¿Por qué solo dos opciones?

Paolo Guerrero ha dejado de ser el delantero que todo equipo de mediano nivel en Sudamérica o Europa quisiera tener. Las lesiones han afectado mucho su vigencia: juega poco, no es titular y no hace goles. Incluso en un equipo como el Avaí de Brasil no pudo volver a su mejor nivel, ni físico ni de récord goleador.

Bajo ese presente es realmente complicado que algún equipo de mediana talla opte por ficharlo. Ni en Sudamérica ni mucho menos en Europa. ¿Asia o Medio Oriente? También resulta complicado por sus continuas lesiones. ¿Qué le queda entonces para seguir vigente?

La respuesta parece obvia: el fútbol peruano. Eso sí, en la Liga 1 la única opción debería ser Alianza Lima, club con el que se siente identificado y que en repetidas ocasiones aseguró que le gustaría volver antes del retiro. Que juegue por Universitario o Sporting Cristal sería descabellado. Otros clubes como Melgar o Vallejo, pese a contar con el poder adquisitivo, al parecer no lo convencerían.

¿Qué pasará con Paolo Guerrero?

Por lo pronto, este mes vence contrato con el Avaí de Brasil y no renovará. Luego de ellos, debería negociar con Alianza Lima una posible vuelta para empezar la pretemporada en diciembre próximo. El 2023, ya con 39 años, debería ser el año de su retiro: tendrá que volver a elegir si despedirse entre aplausos con el equipo de sus amores o optar por pasar inadvertido en un club al que no lo ata nada más que un salario.

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