Falta todo, hasta la comida. Cuando viajó por bus a Huaraz, el plantel pensó que más bajo era imposible caer. Pero se equivocaron, porque el último martes 18 de julio, ocurrió lo impensado. El staff técnico programó doble horario.

Como es habitual, terminado el primer turno en ‘Campo Mar’ se quedarían a almorzar, luego a descansar para volver por la tarde a la práctica. Todo marchaba como lo estipulado, hasta la hora de ir al comedor. Uno a uno cogieron su plato para servirse los potajes y solo los jugadores pudieron alimentarse, ya que el cuerpo auxiliar y médico de Universitario no probó bocado porque se acabaron las porciones.

De inmediato, el grupo se reunió y le llevó las quejas al DT Pedro Troglio. El argentino apoyó la causa y les dio a entender que suspendería las labores por ese inconveniente. El estratega de Universitario conversó con los responsables y cambió de parecer, pues ordenó que continuaran con lo planificado.

Los futbolistas de Universitario se sorprendieron con la medida. Esperaban el respaldo total de su profesor.

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