Melissa Paredes y Rodrigo Cuba dejan sus enfrentamientos en el pasado. (Foto: Instagram / captura América TV)
Melissa Paredes y Rodrigo Cuba dejan sus enfrentamientos en el pasado. (Foto: Instagram / captura América TV)

Cuando decidió lanzar al mundo su tema: ‘Felices los cuatro’ allá por el 2017, provocó más de una risa entre sus admiradores. Como si la letra fuera una caricaturización de la realidad, imposible de hacerse verdad. Pero entre la ficción y lo que realmente existe, muchas veces, hay una línea muy delgada. , después de un ‘Ampay’, declaró que estaba separada varios meses de su esposo y él aseguraba que la noche anterior habían dormido juntos.

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Defendieron su verdad, discutieron, se enviaron dardos, muchos de ellos llenos de veneno y se metió la familia de ambos. Fueron crueles, buscaron la frase más hiriente para definir a él o a ella.

Pelearon por la tenencia de la niña que ambos concibieron, se mostraron felices con sus nuevas relaciones y todo indicaba que habían nacido dos nuevos enemigos.

El tiempo pasó, él anunció una nueva historia de amor y ella seguía feliz con su bailarín. El popular ‘Gato’ publicó desde sus redes sociales que iba a ser padre por segunda vez y se vio a Melissa conversando con la futura mamá. Se había acabado la distancia provocado por las deslealtades, atrás quedaron las expresiones mal intencionadas. Se había acabado la disputa y ahora cada quien, con su cada cual, podían compartir una misma mesa sin problemas.

No fue la primera pareja que vivía esa experiencia ni sería la última. El recuerdo nos traslada a los años 90, cuando un jugador brasileño de nombre Julinho llegó al país contratado por Defensor Lima. De inmediato destacó por su habilidad y en la tribuna siempre se le veía a su novia, con la que había tomado el riesgo de salir de su tierra y con la que tenía un hijo.

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Por su buen rendimiento, al año siguiente firmó por Sporting Cristal, se hizo más popular, reconocido, le pidieron que se nacionalice para poder jugar por la selección peruana.

Y a la par, se anunciaba la separación del jugador con la única mujer que se le había conocido desde que piso territorio peruano. Esta vez su corazón tenía nueva dueña: Paolo Arias, una bella modelo.

Fue todo un revuelo a nivel local, como era de esperarse, se habló de infidelidades, también de un amor entre sombras, pero las aguas se calmaron y todo fue pasando. Se supieron las versiones, la oficial y la que se rumoreaba.

El tiempo pasó, la brasileña también formó un hogar y venía al Perú cada año a visitar a su hijo. Llegaba acompañada de su nueva pareja, compartía con el jugador ‘celeste’ y su modelo.

Son otros tiempos, la mente está más abierta y hasta aseguran que más evolucionada. Ya nadie descarta nada, las parejas se advierten y aclaran que no hay amores eternos y así como empezó la historia se puede terminar. Y si eso pasa, no hay problema en volver a verse, como amigos y presentando entre ellos a sus nuevas relaciones y ser felices los cuatro.

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