Una de las páginas más gloriosas de la historia del fútbol peruano se escribió en 1975. La selección peruana comandada por Marcos Calderón

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y relató lo que se vivió en aquella final ante Colombia, en la que tuvo que escaparse de su club, el Barcelona de España, para jugarla y darle la victoria a la selección peruana con un golazo.

El Barcelona no me daba permiso, no es como ahora que la selección te necesita y tienes que ir sí o sí. En ese tiempo no había eso y el club me negaba. Yo dije, me olvidé de la Copa América. Hubo un partido extra que se realizó en Caracas y ese domingo jugaba en Barcelona, así que el sábado ya estaba pensando como irme. Jugamos el partido del domingo, ganamos y le llamo a mi señora que me aliste un pasaje a Madrid, luego hice la conexión a Caracas”, relató.

Sotil cuenta que no tuvo tiempo para descansar, ya que Marcos Calderón ordenó inmediatamente que se ponga a entrenar.

“Llegué a Caracas con mi maletín a donde estaban entrenando, era de noche. Navarro y Quesada pensaban que era un dirigente. Yo estaba con un sobretodo, venía de Europa. Me voy acercando y Navarro dice ‘Es el Cholo’, pararon el entrenamiento. y me dice ¿A qué has venido? A mirarte la cara le dije”, sostuvo.

Saludé a todos y el ‘Oso’ Calderón me mira y me dice: “¿Español no? Ya quítate el sobre todo, a entrenar”. Había viajado, había jugado y me mandaron a entrenar. Yo estaba más cansado”, añadió.

Casi no logra jugar

porque ha venido con pasaporte español’. Le dije que también tenía pasaporte peruano, se sorprendieron y me dejaron jugar. Yo tenía la intención de venir a Perú. Pero estando allá me habían mandado un emisario para que regrese después del partido”, contó.

Las consecuencias

Una vez que regresó a España, sabía que le esperaban más viajes y una reprimenda por parte de la dirigencia. Sin embargo, las consecuencias de su fuga no fueron las que él esperaba.

“Al día siguiente tenía que pasar examen médico. Mandaron un empleado y él fue que me trajo como torero al hombro después del partido. Había nacido mi hijo un domingo, Hugo, 31 de octubre. Un dirigente me dijo que estaba en la convocatoria para viajar a Celta de Vigo. Tuve que ir a mi casa y otro viaje. Ya no había avión, fue un viaje en tren. Yo quería que fuera un viaje de acá a Japón porque estaba más cansado, pero solo era de 6 horas. Fui a jugar, suerte que ganamos”, expresó.

“Me dijeron que la Dirigencia quería hablar conmigo. Yo sacaba mi cuenta, si me han convocado para el partido, no creo que me castiguen. Me senté y el presidente me dice ‘Señor Sotil ¿Usted sabe lo que ha hecho? Eso no lo hace así no más ningún jugador y usted se ha ido arriesgando su trabajo y a su familia’. Se me vino el alma al cuerpo. Me dicen ‘vaya a la oficina que usted tiene un encargo’. Era un cheque más, salí bien molesto de ahí, jajaja. Esa fue la mejor alegría que pude tener. Fui a la clínica y saqué a mi hijo”, finalizó.

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