¡Mi gente de ‘’! ¡Ustedes! Acá estamos con una nueva historia, con mucho aguadito, como les encanta a ustedes. Mis seguidores me escriben al , Telegram, a mis , me llaman, me mandan mensaje de texto, señales de humo, van a mi Restaurante Cuto 16 y piden el menú, pero con más detalles sobre el relato que conté en mi columna anterior en TROME. Sí, la que titulé como . Un relato de la vida real.

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Así es. Por todos lados me contactan para preguntarme sobre la columna en la que cuento la historia de Roberto ‘Vale Vale’ Valenzuela. ¡Siguen incrédulos! “Cuto, ¿es verdad todo lo que escribes?”, me preguntan. Yo, , hijo de mi mamá Prince, repito: no lo duden. Estoy bajo juramento, como el que les hago a mis invitados en cada programa de ‘La fe de Cuto’.

Y ya saben que con ‘El Bravo’ no se juega. De lo contario, me cae la maldición, que es peor que esa que dicen que te cae si brindas sin mirar a los ojos.

Acá voy con otra anécdota de , quien es más que un hermano para mí, es como un hijo. Si supieran todo lo que he tenido que hacer y hago por él. Ojo, lo digo de corazón. Hemos crecido juntos.

EL FÚTBOL, LA OPORTUNIDAD PARA CAMBIAR TU HISTORIA

Este relato tiene que ver con el cariño que me tiene y también con lo que representa nuestra historia de vida. Es que que el deporte nos salvó de ese mal camino que para algunos de nuestros amigos de infancia fue difícil evitar.

Por eso digo y sostengo que el deporte es muy bueno para todos, es una linda oportunidad que está ahí, para tomarla y salir de donde empezaste. Ya que conocen el contexto, sigamos.

Un día estaba reposando en la casa de mi mamá Prince. Era un día más viendo televisión, nada extraño asomaba. Eso creía, estaba equivocado.

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En eso entra una llamada de ‘Vale Vale’ Valenzuela y me dice: “Mi hermanito, te estoy llevando un corderito”. A lo que le respondí con mucho aprecio: “Muchas gracias por pensar en mí, hermanito”. En ese momento dije “Bueno, me traerá un corderito, ya listo para ponerlo al horno o preparar un buen seco que acompañaremos con sus frijoles y arroz”.

Pensé que venía para ir directo a la olla. En mi cabeza comencé a gritar “¡Tengo hambre!”.

Luego de unas horas, se estaciona frente a mi casa un taxi Tico del cual baja Valenzuela con un corderito negro, flaquito y ¡vivo! ‘Vale Vale’, oliendo a basura, ¡muy mal! Ver esa imagen fue impresionante. En ese momento me quedé boquiabierto.

Yo había pensado que me estaba trayendo un cordero listo para la olla, pero no fue así. Eso era solo el inicio.

‘VALE VALE’, VÍCTIMA DEL CORDERO MEÓN

Valenzuela estaba mojado de la orina del animal. ¡Y cómo olía, mi gente! ¿Ustedes han visto la imagen de una persona ebria que se duerme y se orina y se hace en sus pantalones? Así llegó mi ‘Vale Vale’. Bueno, más allá de su estado, recibí con mucho aprecio su regalo.

Tras pagar la carrera al taxista, entramos a la casa. Una vez instalados y , por supuesto, luego de que ‘vale Vale’ entró al baño y se lavó 20 mil veces para sacarse un poco ese olor nauseabundo, se sentó a mi diestra y me relató cómo llegó ese carnero negro y flaquito a la sala de mi casa.

“Mi hermano, me vengo de jugar en Huancayo, me contrataron para jugar en un campeonato relámpago de una fiesta patronal”, me relata Valenzuela. Yo estaba por sacar mi canchita para seguir escuchando la historia, se iba a poner buena.

Ni bien me dijo eso, yo pensé que en esa zona le habían regalado ese carnerito, tal vez como una parte de pago o a manera de agradecimiento. Pero lo que me relata luego fue impresionante.

EL SILENCIO DEL CORDERO, LA VERDAD DE ‘VALE VALE’

“Mi hermano, a ti no te puedo mentir. Contraté un Tico para que me traiga desde Huancayo, en el camino vi un rebaño de ovejas y en ese instante le dije al señor del taxi que pare un momento. Bajé y corrí a atrapar un borreguito. Luego de pelear un poco, de inmediato subí al taxi y le dije al tío que acelere antes de que sus dueños se den cuenta”.

En ese momento recordé los días de infancia en mi rico Corongo y en el club . A ‘Vale Vale’ le salió ese instinto de sobrevivencia. No hago apología a lo malo, sin duda que la rechazo, pero si no fuera por el fútbol, por el deporte, Valenzuela hubiera terminado siendo un amigo de lo ajeno.

El acto de ‘Vale Vale’ puede tener muchas interpretaciones. Pero desde mi mirada lo hizo para darme un presente por el cariño que me tiene.

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Luego de unas palabras y un mensaje de Dios para que no lo vuelva a hacer, acordamos que lo mejor era mandar al corderito a Chincha para que engorde. Luego de un tiempo le dimos curso y sí, ¡qué rico que estuvo!

Nos vemos el próximo lunes. Y, por cierto, compartan ‘La fe de Cuto’. Difundan la fe.

P.S.: No critiquemos por querer. Hay que conocer y saber el fondo del tema. Yo sé por qué les digo.

Cuto escribe: El día que se frustró mi pase a la Premier League

Así como lo leen. Este morenito de piernas largas iba a jugar en la Premier League, una de las ligas más importantes del mundo. Como dijo un : “Cuto es un meme andante”. Muy buena definición.

En los días previos a un viaje a Estados Unidos recibí una llamada del empresario argentino Christian Otero para ofrecerme ir a jugar al , que no la pasaba muy bien y necesitaban reforzar la zona defensiva.

Mi viaje a Inglaterra era vox populi. Tras el partido con Alianza Lima, los compañeros se despidieron de mí y me desearon mucha suerte. El plan era viajar desde Miami a Londres. Pero de pronto, comenzaron los problemas.

Básicamente era de papeles. Estábamos contra el tiempo. Para obtener la visa la debía tramitar en Perú, la fecha del cierre del libro de pases en Europa se cerraba en días y no llegaría a tiempo.

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