TODOS TIENEN UNA DEBILIDAD. Cuando muchos se preguntan por qué el ‘, me hizo acordar la relación que tenía con Marco Valencia. El colombiano era sinónimo de disciplina, esfuerzo y cero confianza en sus jugadores. Corría con ellos para saber quiénes sudaban licor la noche anterior. Sin embargo, pocos saben que el volante camanejo lo que quiso en Matute y nunca recibió castigo.

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El mediocampista sacó de sus casillas al exitoso entrenador, en más de una oportunidad, pero jamás recibió sanciones, ni represalias. El volante era provocador irreverente y al punto de casi acabar con la paciencia de su técnico en Matute.

El año que Alianza Lima consigue el ansiado título que se le negaba desde el 79, el equipo tenía que jugar en provincias y el viaje estaba programado para las 6 de la mañana.

El colombiano fue habitación por habitación y golpeó fuertemente las puertas al grito de “Los quiero a todos listos en 20 minutos, con saco y corbata, vamos que se nos hace tarde”, todo esto a las tres de la mañana.

Jorge Luis Pinto sacó campeón a Alianza Lima (Foto: GEC)
Jorge Luis Pinto sacó campeón a Alianza Lima (Foto: GEC)

Jorge Luis Pinto recibió ‘chancletazo’ de su engreído en Matute

El malestar del plantel que se había acostado cerca de la medianoche no se hizo esperar, pero como sabían de lo exigente que era el colombiano no les quedó otra que alistarse. Cuando estaban por salir de las habitaciones, volvieron a tocar la puerta de los cuartos, esta vez muy despacio. Era Pinto quien en voz bajita les dijo “señores hubo un error, el viaje era más tarde, disculpas, pueden seguir durmiendo”.

Más de uno quiso salir de su cuarto a decirle algo al colombiano, pero nadie se atrevió. El único que tomó medidas fue Marco Valencia, quien cogió una pantufla, abrió la puerta de su habitación y en pocos segundos se la lanzo a la cabeza al entrenador.

Jorge Luis Pinto explotó y gritó “quien se atrevió a hacer eso, como me entere lo saco del equipo”. El compañero de habitación de “Desmotivado” casi lo delata al matarse de risa desde la habitación y el plantel cuando se enteró de esto también festejó la ocurrencia del menor de los Valencia.

Ricardo Gareca también muestra debilidad por Christian Cueva y también le permite todo (Foto: EFE)
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Jorge Luis Pinto bota espuma por la boca en Piura

La otra fue también en un viaje. La orden era clara: “Alianza es un grande y como tal tiene que dar ejemplo hasta en la vestimenta. Así que, a pesar de ir a Sullana, donde habrá mucho calor, todos mañana en saco y corbata para el viaje”, sentenció el entrenador como si estuviera en un cuartel. La bronca de los jugadores no se hizo esperar, pero nadie se atrevió a lanzar un ‘pero’ a la decisión.

Cuando el avión aterrizó en Piura, los jugadores fueron bajando uno a uno y el último en descender de la nave fue Marco Valencia. El volante creía que estaba en su chacra de Camaná, pues lucía con la camisa casi abierta, la corbata desatada, los pantalones remangados, unas chancletas y todo esto acompañado de un sombrero a lo Gilligan. A Pinto casi le da un infarto de ver la pinta de su jugador, pero no dijo nada, es más puso de titular al volante y como casi todo ese año, la rompió.

En la interna aliancista todo el mundo se preguntaba por qué a Valencia se le permitía lo que a nadie en el grupo. Un día en un almuerzo, Pinto explicó a sus jugadores la razón por la cual el zurdo tenía carta libre para casi todo. “Marco es el único que pone siete pases de gol por partido. ¿Alguien más puede hacer eso?” Todos agacharon la cabeza, el talento del camanejo se había impuesto a la disciplina del colombiano.

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