Corría el año 94 y la Sub-23 se preparaba para disputar el Panamericano de la categoría en Colombia. El equipo, que era dirigido por jugó algunos amistosos de preparación y uno de los encuentros fue ante Argentina que tenía en sus filas entre otros a los ‘Mellizos’ Barros Schelotto. Ese día en el se le ganó 1-0 a los albicelestes con gol de Luiggi Degregori. Los muchachos sabían que no todos los días se le ganaba a la albiceleste y decidieron que ¡había que festejar!

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Cuando estaban en el camarín haciendo planes para ver donde era la celebración, Miguel Company alzó la voz y les dijo: Los felicito por el partido, entiendo que quieran celebrar, pero lo mejor es quedar concentrados, nos vamos al hotel, ya falta poco para el campeonato y no podemos descuidarnos”. A varios no les gustó la medida del profe y murmuraron, pero nadie reclamó porque sabían del carácter del profesor y no querían problemas.

En ese plantel había ‘angelitos’ como Carlos ‘Kukín’ Flores, ‘Ñol’ Solano, Germán ‘Machi’ Pinillos, y Orlando Prado, entre otros. El profe, callejero de aquellos y criado en un barrio ‘picante’ como el Diana en el Rímac y con amplio kilometraje en el mundo de la pelotita , sabía que el grupo era ‘súper movido’ y no podía darles un ‘cachito’. Por eso días antes de concentrar se reunió con el administrador del hotel y pidió que los frigobares estén vacíos , que nadie les sirva licor a los jugadores y menos que se deje entrar chicas a las habitaciones. Cualquier cosa extraña o pedido de licor me avisan, yo sé cómo resolver esto”, dijo el DT.

Entrenador practicaba artes marciales y fue era respetado en las calles del Rímac (Foto: GEC)
Entrenador practicaba artes marciales y fue era respetado en las calles del Rímac (Foto: GEC)

“Media caja para empezar”

Sin embargo, ya en la concentración luego de la cena un grupo de jugadores decidió reunirse en la habitación de Flavio Maestri y del ‘mostro’ Orlando Prado y a un jugador le entró el ‘gusano’ y se le ocurrió pedir seis cervezas para empezar. El profe nos va a matar si se entera”, dijo uno, otro respondió: Es puro floro, la pega de malo y serio pero seguro que está durmiendo y ni se dará cuenta”.

Al final la tentación le ganó a los muchachos y llamaron al bar del hotel e hicieron el pedido. Como el técnico ya tenía arreglado al personal del hotel inmediatamente lo llamaron a su habitación y le contaron lo que ocurría. Cuando los jugadores esperaban que llegara el pedido escucharon un ruido tremendo, parecía que se había roto algo grande.

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Miguel Company y el día que dio una lección a un asistente de Sporting Cristal  (Foto: GEC)
Miguel Company y el día que dio una lección a un asistente de Sporting Cristal (Foto: GEC)

Miguel Company se transformó en Bruce Lee

Salieron al pasillo a ver qué ocurría y encontraron a Company pegándole a un mozo que llevaba las cervezas. “El profe parecía Bruce Lee, metió un par de tacles a uno y a otro que quiso separar casi lo tira por la ventana”, recuerda un volante de esa selección peruana.

Los seleccionados cerraron la puerta y se hicieron los locos. Al día siguiente en el desayuno, el entrenador no dijo nada a los jugadores, pero sabía que sus pupilos se habían ganado con todo y los había trabajado al susto. Sólo uno se atrevió a preguntarle si había escuchado la bulla en la noche y el técnico respondió. Dicen que un experto en artes marciales se metió con los mozos y cobraron, no me gustaría encontrarme con él, respondió el estratega con una sonrisa pícara. Desde ese día el plantel empezó a llamar al profesor el ‘Karateca’.

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