Hola, soy Víctor Reyes, ‘Vitito’ para todo el mundo. Nunca fui goleador en mi carrera profesional, en el fútbol peruano, pero cuando anoté en la ‘selva de cemento’ me sacaron en andas. Cuando calentaba la pólvora, ‘mojaba’ más que y Gianluca Lapadula juntos. La historia de hoy en los ocurrió cuando jugué en mi querido y casi me cuesta mi ‘candela’.

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¿Quién no ha tenido una fantasía erótica alguna vez? Tú y yo. Los vivos, los sanos y hasta algunos curitas. De adolescentes o de adultos. Hombres y mujeres. Esa es la verdad. El que diga lo coTe voy a contar una aventura que, si fuera llevada a , superaría al más rankeado de . Comenzamos.

En 1989, tenía 24 años y vivía en la ‘Villa íntima’. Era mi paraíso, mi casa. Era uno de los más populares en Alianza Lima y por las noches las chiquillas me hacían la guardia. Solo George Forsyth podía competir conmigo. Hubiéramos sido una versión de ‘Ken’ en blanco y negro.

LA HISTORIA DEL ENCUENTRO

Yo, un moreno pintoresco, rápido convencía a las jovencitas para que ingresaran a visitarme, a hacerme compañía en las noches de soledad. Ellas, hinchas y seguidoras del equipo, empezaban hablando de mi juego rudo, mi despliegue y terminaban preguntando por mis abdominales.

Es más, el guardián del estadio vendía cerveza y me apuntaba en su cuaderno todos mis consumos, porque en la quincena era puntual.

Víctor Reyes vivía en la 'Villa Íntima' y confundió la cancha con su habitación (FOTO: GEC)
Víctor Reyes vivía en la 'Villa Íntima' y confundió la cancha con su habitación (FOTO: GEC)

Un domingo, después de jugar en Matute, una traviesa me esperó al final del partido. Aquella fecha la rompí. Incluso salí en el ranking de la jornada.

Ella estaba paradita en la puerta de la guardianía con su carita de ángel y no dudè un segundo en hacerla pasar al templo victoriano.

NOCHES DE ‘FANTASÍA’ EN MATUTE

Esa nochecita, para variar, estaba misio y pedí una cajita al crédito. Ingresamos a mi ‘nidito’ y, después de seis chelas, me narró que tenía varios pósters míos en su habitación, así como que, de niño coleccionaba recortes de .

Ella recortó mis fotos que salían en los periódicos. Por supuesto que no le creí, mi cabeza estaba en otra, la ‘bilirrubina’ se me subía cada vez más.

Ya eran las 3 de la madrugada y no caía. Ya estaba a punto de meterle un ‘cabe’ cuando se me adelantó: “Víctor, tengo un sueño. Deseo hacer el amor en medio de la cancha”.

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Me la puso difícil. Yo era ingenioso, loco, pero no tanto. Por unos segundos, me descuadró, pero mi orgullo de varón pudo más. No podía quedar mal. Empecé a maquinar.

Salimos de mi cuarto y llegamos cerca de la tribuna Oriente. Quisimos meternos por debajo de la malla y a ella se le rompió el pantalón. Resbalamos por un hueco.

La levanté y trepamos hasta ponernos otra vez a la altura del campo. Encima, estaba todo oscuro, a mí ni se me veía. ¡En serio! Arrastrándonos pudimos detenernos en el punto que divide la cancha. Justo allí donde se da el pitazo inicial de un partido.

'Vitito' hizo en el arco de Sur lo que no pudo hacer ni Waldir Sáenz (FOTO: GEC)
'Vitito' hizo en el arco de Sur lo que no pudo hacer ni Waldir Sáenz (FOTO: GEC)

La flaca se sacaba el polo cuando de pronto le sugerí: “Mejor, vamos al arco de Sur. Allí donde el ‘Comando’ me ovaciona”. Fuimos apurados, como los ladrones que huyen luego de robar. Y, para mala suerte, los perros de seguridad comenzaron a ladrar sin pausa.

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Al toque se escucharon disparos, eran los guardianes de Occidente. Prendieron la luz del palco y una voz preguntó: “¡¿Quién anda allí?!”. Y como no quería perder, respondí de inmediato: “Soy Maurinho Mendoza”.

No me contestaron nada. Se calmaron las aguas y pude continuar con mi faena. A la chica le metí su ‘carretillón’ y me convertí en el otro ‘goleador histórico’. El de otras redes, el de otros campos, el de otras artes.

TOQUÉ Y DESPUÉS TUVE QUE ‘CENTRAR’

Recién a las 7 de la mañana, ella se marchó. Como dice el ‘Nene’ Cubillas, se fue feliz de la vida. Al mediodía, el dirigente Rolando Sánchez me cuadró: “Te jodiste. Ni cag... ha sido Maurinho, él es tranquilo. El pendejo eres tú”.

Se reunió la Comisión de Fútbol y me citaron. En medio de todos quise morir negado, pero aflojé con tal de no perjudicar a mi ‘causa’. Estaban muy serios y me multaron con un mes sin sueldo.

Me paré y, abandonando el salón, don ‘Rolo’ me tomó del hombro: “Tranquilo, estás conmigo. No te van a descontar nada”. Le di las gracias y él cambió su tono de voz enérgica a un poco curiosona: “¿Estaba buena?”… “Sí, buenaza”, le contesté y me agregó: “Juégamela”.

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Quiero darle las gracias a Rolando Sánchez, quien me trajo de Chincha y hoy descansa en paz. Fue mi padre en el fútbol. También a mi glorioso tío ‘Sulca’. Con Maurinho me une una amistad de hermano.

¿Y la ‘soñadora’ de aquella noche? Ella se casó y dejó de rondar por la avenida Abtao. Pero sé que me tiene en el USB de su juventud, en un espacio imborrable de su memoria portátil.

Yo convertí el mejor ‘gol’ de la historia en Matute. No hubo fotos ni videos viralizados. Solo sé que el ‘Comando’ debería dibujarme en una tela y colgarme en el alambrado. Nos vemos el próximo jueves…

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