Es del barrio sabroso de Castilla, en San Miguel (Foto: Allengino Quintana)
Es del barrio sabroso de Castilla, en San Miguel (Foto: Allengino Quintana)

Un luchador nace de las calles, suma trabajo, talento y esfuerzo.  Daniel Marcos transitaba por la vida como cualquier joven de su edad, tenía el coraje instalado en el alma y el amor por marcado en su piel. Visitaba la ‘’, pero ahora su caminar por este mundo cambió. Hoy es un peleador de la , orgullo nacional, y su espíritu le exige cada vez. Es bueno repasar su historia.

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Daniel, la gente puede pensar: si eres un luchador profesional, eres un hombre belicoso

Practicar las artes marciales implica tener bastante calma.

¿Qué más?

Controlar las energías.

¿Otro cambio?

A ser más ordenado, más profesional y te siembra el hábito de la puntualidad.

Algo que tanta falta hace en el país

Era tardón, todo lo manejaba con lo que se denomina ‘La hora peruana’ y llegaba media hora después.

¿También eras impuntual con la enamorada?

Claro que sí y tenía problemas por eso.

Eso ya se ha vuelto una norma en nuestro país

Sí y eso he ido mejorando con el tiempo.

¿Qué significa llegar tarde a un entrenamiento?

El entrenador está listo desde las seis de la mañana y por ello uno debe estar a la hora exacta. Asumes que el tiempo es oro.

¿Y si te retrasas?

Ya sabes que no puedes venir y ponerte a trabajar. Muchas veces me han regresado a mi casa.

¿Otro castigo?

Un día demore en llegar seis minutos y miraba el entrenamiento de un costado. Todo eso me ayudó a ser mejor.

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¿Has sido peleador callejero?

No puedo negar las etapas que viví en mi vida, por lo que pase. Para que la gente entienda como llegue a donde estoy.

Cuéntanos tu historia

Soy hincha de Universitario, siempre iba al estadio con mis amigos de mi barrio ‘Castilla’ de San Miguel, del grupo de ‘La Turba’.

Entonces, eres super crema

Tengo mucha pasión por mi equipo, soy hincha desde niño.

Pertenecer a un grupo de la barra siempre te expone a enfrentamientos callejeros

Estuve en las broncas con otros equipos, no lo puedo negar. Es parte de un pasado que te enseña a darte cuenta lo bueno y lo malo.

¿Cómo aparece el deporte?

A los 20 años. Fue de la nada, porque fui al gimnasio donde estaba Daniel ‘Dinamita’ Vásquez y pude ver su trabajo y nació mi amor por este deporte.

¿Y tú manera de ver el mundo cambió?

Me sentí diferente, empecé a entrenar. Asumí que tomar licor me bajaba el físico, darme cuenta que ir a una fiesta, madrugar, así sea sin beber licor, era retroceder dos meses en todo lo que había trabajado.

¿Eras de amanecida?

Me gustaba quedarme hasta las diez de la mañana, del otro día, bailando.

O sea que eres un buen bailarín

Me defiendo, creo.

¿Salsero?

En mi barrio se cultiva ese género.

¿No pruebas ni una cerveza?

Algunos, después de una pelea, beben una, pero lo que deseo es ir a comer.

¿Ahora odias la resaca?

Pensar que voy amanecer con el cuerpo fatal, hace que evite cualquier desarreglo.

Hoy estás en la liga más importante del mundo, ¿costó mucho?

Estuve entrenando dos años y no pasaba nada. Tocaba puertas y nadie me apoyaba.

¿Quiénes siempre estuvieron contigo?

Mi familia y la gente del barrio. Ellos siempre creyeron en mí.

He visto dos tatuajes en tu cuerpo

Uno es el Samuray, que es un guerrero con corazón, y el otro de la casa, que significa la familia-

¿Qué es el miedo?

Existe y lo tuve cuando me fui a Estados Unidos para lograr mi sueño.

Entonces si está presente

Sí y quien diga lo contrario, está mintiendo.

Adelante, a seguir dejando en alto el nombre del país

Ahora estoy en la liga más grande del mundo y esto recién empieza.

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