¡Medalla de bronce para Perú! Mario Bazán subió al podio en 3000 metros con obstáculos en Lima 2019
¡Medalla de bronce para Perú! Mario Bazán subió al podio en 3000 metros con obstáculos en Lima 2019

Por: José Lara

Nos emocionamos al verte correr en 3 mil metros con obstáculos y nos preguntamos: ¿retarías a Luis Advíncula a una carrera?
Ja, ja, ja. Por qué no. Pero Luis es de pique corto, lo mío es de fondo. No tendría ningún problema en correr, todo está en que él acepte, ja, ja, ja.

¿Qué pasó por tu mente en los últimos metros de la carrera?
Creo que pude ser medalla de plata. Estuve muy cerca. En los últimos 200 metros sentí el apoyo de la gente y eso me dio más fuerza, más aire, fue la adrenalina para acelerar.

¿Eres de tomar y bailar?

No tomo, ni voy a fiestas. No hay tiempo para eso. El descanso es parte del entrenamiento. Mis momentos libres los paso con mi hija y esposa.

Ganador en el juego y el amor...
Ja, ja, ja. Estoy casado con Andrea Ferri, una atleta panameña. La conocí hace 13 años y llevamos 7 de casados con Valentina, nuestra hija de 5 años.

¿Andrea también participó en los Panamericanos?

Sí. Lo hizo defendiendo los colores de su país. Corrió en los 3,000 metros con obstáculos, pero lamentablemente quedó en octavo lugar.

¿Cuánto cambió tu vida con la medalla?
Sigo siendo el mismo de siempre. En la calle es otra cosa, la gente me reconoce y agradece por el logro conseguido. Es lindo y motivador.

¿Cómo nace tu pasión por las carreras?
Se remonta a los años en que vivía en la invasión de Surco, entre la Urbanización El Totoral 1 y El Totoral 2. Con mis amigos jugaba a los policías persiguiendo a los ladrones. Corría un montón, de dos a tres horas. A veces era policía, a veces era ratero, ja, ja, ja.

¿Cómo te descubren?
En primaria un maestro me vio y me propuso correr en los cien metros, mil y salto largo. Luego fui a competir en el estadio Chipoco de Barranco. Por recomendación de unos profesores cubanos y la señora Marita Letts, me voy a entrenar al Centro de Alto Rendimiento en Arequipa.

¿Te fue bien?

Tenía 16 años. Me costó adaptarme a la altura. Luego empecé a reaccionar bien. Fui al Sudamericano de Ecuador, mi meta era las Olimpiadas de Beijing 2008, pero por 17 milésimas no clasifiqué.

Tuviste tu revancha...
Esperé cuatro años para ir a las Olimpiadas de Londres. Luego vino una etapa muy mala.

¿Qué sucedió?

Perdí casi dos años por dos lesiones musculares profundas, no pude participar y en el camino perdí auspiciadores. Es muy duro para un deportista. No pude ir a Río 2016. Después, a los 27, me dio varicela. Otro año perdido.

Estuviste salado...
Sí. Me fui a correr a Cochabamba y terminé retirándome. En la altura no me va bien. Me cortaron el apoyo de la Federación por 5 meses, desde agosto a diciembre de 2018.

La cosa se complicó...
En enero de 2019 vuelven a apoyarme económicamente, pero ya había tomado una decisión...

¿Cuál?
Irme a Estados Unidos, a Colorado. Allí me enfoqué en los Panamericanos de Lima y me preparé junto a unos kenianos nacionalizados americanos.

¿Un deseo?

Ir a las Olimpiadas de Tokio 2020. Pero necesito el apoyo de la empresa privada. Tengo que hacer la marca en una carrera en Europa, ir allá cuesta mucho dinero. El dinero que gané con la medalla de bronce no me alcanza para la competencia.

Éxitos y que sigamos celebrando más logros tuyos...
Ahora tengo 31 años y entreno con juveniles y atletas de 20 y sin problemas. Creo que eso depende de uno, de cómo se sienta. Pienso correr hasta que me sienta bien, con ganas de seguir corriendo y los resultados lo demuestran.

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