Por: Mr. Chipi

Recordar es volver a reír. El fútbol es una fábrica de anécdotas y postales a cada minuto. Hace poco, en una charla por Instagram, Edison Flores catalogó a Jefferson Farfán y a Paolo Guerrero como los más ‘tacaños’ de la selección. Hay muchos a los que nos les gusta meterse la mano al bolsillo ni de broma, o les cuesta horrores poner unos soles a la hora de las ‘chanchas’, pero hay otros peores, como Pedro García, que no permite que nadie choque con su ‘candela’.

El pequeño exdelantero de la San Martín fue decisivo con sus goles en la obtención de los tres títulos nacionales que consiguió la universidad, pero si por algo será siempre recordado es por la manera en que reaccionó cuando no quiso compartir un premio con sus compañeros. El 2005, a mitad de temporada, Rafael Castillo asumió la dirección técnica del equipo ‘santo’ y entre las cosas que pidió a los directivos fue dar un incentivo al mejor jugador de cada partido. Era un adicional al conseguido por ganar. Los jefes, que eran los que iban a elegir al afortunado de cada fecha, aceptaron.

Antes de que empiece el campeonato, el DT se reunió con su plantel y comunicó que había conseguido 100 dólares de recompensa extra. Los capitanes, con Leao Butrón a la cabeza, decidieron que la mitad era para la ‘figura de la jornada’ y el resto para un fondo con el que se apoyaría una obra social o para una parrilla del grupo. Todos estaban de acuerdo menos uno: ‘El Romario de los pobres’. Pero como el ‘chato’ no jugaba mucho, no hizo bulla. Los resultados se empezaron a dar hasta que un día, en el segundo tiempo, los santos perdían y el DT mandó al ruedo al ‘Chapulín peruano’, que vivía a la sombra de Hernán Rengifo y Pablo Luguercio.

Aquella vez dio una habilitación y metió el gol del triunfo. En el camarín, recibió sus 100 dólares y de frente los metió a su billetera. “No tengo cambio, el lunes doy el vuelto”, se excusó y se marchó rápido del estadio.

Siete días después, el ‘pericotero’ repitió la ‘faena’ y directo a pasar por caja. Chapó los ‘cocales’ y quiso despistar metiéndose a la ducha. Cuando estaba cambiándose, se le acercó Leao: “Dame los 100 que tengo 50 para darte tu vuelto”. El delantero, muy diplomático, ‘bypaseó’ al golero: “Ahorita te los doy”. En un descuido, sacó la cola.

Sus compañeros lo tomaron con humor y quedaron en agarrarlo el lunes. A inicios de semana, el entrenador mandó a su asistente a hablar con Pedrito: “Estás jugando bien, pero sin tus compañeros no podrías brillar. Así que lo justo es compartir, como acordamos al principio”, soltó el ayudante, quien creyó que así ablandaría al petiso. Pero se equivocó: “‘Profe’, es la última vez que divido el billete. Yo entiendo todo, pero es mi plata, así que si quieren no me pongan, porque no voy a dejar que me quiten la mitad todas las semanas”, se defendió.

El brazo derecho de ‘Rafo’ se sorprendió y solo hizo una mueca.

Messi y Cristiano Ronaldo cuando reciben ‘Balones de Oro’ o ‘The Best’ resaltan a sus compañeros, al grupo, porque lo colectivo supera y está por encima de una estrella. Ser tacaño le pasó la factura a Pedrito porque nunca más lo eligieron como el mejor en la interna.

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