Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila y José ‘Huachano’ Lara

y una reliquia que le hizo recordar sus inicios en el fútbol. A los 4 años tuvo su primer chimpún, siempre tuvo pie chiquito, escapó de las drogas en Lazareto y dice que el ‘Puma’ fue un gran líder

‘Puchungo’, ¿y ese chimpún tan chiquito?

Es mío, mi mamá lo encontró acomodando sus cosas.

¿Tan pequeñito?

Siempre fui talla corta.

¿Aún te entra?

Creo que sí, ja, ja. Mi pie no ha crecido, calzo 35 pero para no hacer roche me compro talla 38.

¿Qué edad tenías cuando lo usaste por primera vez?

Cuatro añitos.

¿Ya jugabas?

Sí. Recuerdo que los usé cuando salí de mascota del equipo de mi barrio.

¿Un regalo de tus viejos?

No, tampoco recuerdo quién me los dio. El que lo haya hecho que venga a buscarme.

¿Le darás un premio?

Un gran abrazo, porque también estoy misio.

¿Con ese chimpún ‘campeonabas’ con las chicas?

Casi nunca choqué con las de mi barrio. Si me metía con una, los malazos iban a querer vengarse con mi hermana, ja, ja, ja.

Dicen que a tu mamá le dio ataque de nervios cuando firmaste tu primer contrato...

Tenía 16 años cuando llegué a la ‘U’. Fui con mi papá, firmamos y nos dieron 8 mil dólares. La casa era pequeña y empezamos a contar la plata en la mesa. Mi madre vio todos los billetes verdes y empezó a llorar...

¿Se emocionó?

No. Pensó que habíamos robado. Le explicamos que iba a jugar profesionalmente.

¿Otra anécdota?

Cuando cobré mi sueldo y amoblé la casa traje muebles, artefactos eléctricos, equipo de sonido, juego de comedor. Era tanto que tuvimos que dormir en la calle, porque llenamos la casa y nosotros no entrábamos.

Eres de Lazareto, zona picante del Callao, ¿cómo escapaste de las drogas?

La gente me cuidaba, sabían que lo mío era el fútbol.

¿Andabas en la calle?

Me paraba en la esquina con la gente y a las 10 de la noche, mi viejo salía por la ventana, me silbaba y yo sabía que tenía que entrar a dormir.

¿Un ejemplo de capitán?

Hay líderes que hablan y otros lo hacen con el ejemplo. Uno de ellos es José Luis Carranza y te cuento una historia...

Adelante...

Jugábamos en Cerro de Pasco con la ‘U’, ese día llovió y la cancha era un charco. Terminó el primer tiempo y me estaban aplicando oxígeno en el vestuario. En eso veo entrar a un loco, empapado y con el uniforme lleno de barro...

¿Quién era?

El ‘Puma’. Cuando lo observé, comparé mi ropa con la suya. Yo apenas tenía unas manchas. Me sentí mal, pésimo.

¿Qué pensaste?

Era el símbolo del equipo, se ‘mataba’ y yo no.
Reaccionaste...

Entré al campo y me tiré de entrada para estar igual de sucio.
Bueno, a cuidar esa reliquia...


Creo que aún me entra, pero un poco ajustadito. Los pasadores ya se están gastando y el dunlopillo se está pelando, por eso no lo cuelgo en mi carro como lo hacían antes.

Un abrazo...

Saludos a la gente de ‘Trome’, que cuando me ‘chancan’ no me quejo, siempre digo: ‘Ya perdí’.

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